miércoles, 16 de septiembre de 2015

Un cuaderno en el bolso

Cuando me he levantado esta mañana me he preguntado “¿Sobre qué voy a escribir hoy en el blog?”  Los últimos dos días los temas para las entradas me venían solos cuando paseaba con Fibi y claro, como soy animal de costumbres, pensaba que hoy sería igual, que saldría a caminar y vería o escucharía algo que llamaría mi atención y pondría en marcha mis adormecidas neuronas, pero no ha sido así.
A falta de estímulos externos me ha dado por pensar en las muchas veces que sí he tenido algo que me inspirara y que luego he desaprovechado por no poder anotarlo en el momento. La idea se esfuma y si permanece no es, desde luego, tal y como se nos presentaba en un principio, su “envoltorio” es menos vistoso, menos elegante y mucho más deslucido. Pierde su espontaneidad, su brillo y cuando luego quieres darle forma es prácticamente imposible (o lo que es peor, resulta una chapuza). ¡La de poesías que habré dejado escapar por no tener donde anotarlas!
Por eso, dado lo mucho que me gusta escribir, solía llevar una libreta en el bolso, así si se presentaba uno de esos momentos mágicos e irrepetibles podía captarlos en toda su esencia. Hace algún tiempo que no la llevo conmigo y creo que es una costumbre que podría retomar aunque conociéndome como me conozco (son muchos años los que llevo siendo yo misma) sé que acabaré acarreando también la cámara de fotos. ¡Hay tantas cosas que llaman mi atención! Son pequeños detalles llenos de belleza que enriquecen mi vida.
Esta mañana he estado observando un árbol que hay cerca de casa. Tiene unas enormes y preciosas  flores de color rosa con forma de estrella. He intentado hacerle fotos con el móvil pero la cámara que tiene el pobre es una patata, y claro, no ha salido nada que merezca la pena guardar. Las flores casi ni se ven. He echado de menos mi pequeña Kodak, que se ha quedado obsoleta pero a la que sigo sacando partido. Y he echado de menos un bloc porque, aunque ahora recuerdo todo esto, en mi cabeza sonaba mucho mejor. Está comprobado, siempre sucede lo mismo: cuando las ideas se presentan, o las registras o te despides de ellas. Moraleja: a partir de ahora voy a volver a llevar un cuaderno en el bolso.... y la cámara.

 
Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé a retirarla del blog.


2 comentarios:

  1. Es una gran idea amiga mía, así no se te escapa absolutamente nada.

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    1. Ya... pero al final acabaré hasta con el ordenador a cuestas, jajaja :)

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