Cuando me he
levantado esta mañana me he preguntado “¿Sobre qué voy a escribir hoy en el
blog?” Los últimos dos días los temas
para las entradas me venían solos cuando paseaba con Fibi y claro, como soy
animal de costumbres, pensaba que hoy sería igual, que saldría a caminar y
vería o escucharía algo que llamaría mi atención y pondría en marcha mis
adormecidas neuronas, pero no ha sido así.
A falta de
estímulos externos me ha dado por pensar en las muchas veces que sí he tenido
algo que me inspirara y que luego he desaprovechado por no poder anotarlo en el
momento. La idea se esfuma y si permanece no es, desde luego, tal y como se nos
presentaba en un principio, su “envoltorio” es menos vistoso, menos elegante y
mucho más deslucido. Pierde su espontaneidad, su brillo y cuando luego quieres
darle forma es prácticamente imposible (o lo que es peor, resulta una chapuza).
¡La de poesías que habré dejado escapar por no tener donde anotarlas!
Por eso, dado
lo mucho que me gusta escribir, solía llevar una libreta en el bolso, así si se
presentaba uno de esos momentos mágicos e irrepetibles podía captarlos en toda
su esencia. Hace algún tiempo que no la llevo conmigo y creo que es una
costumbre que podría retomar aunque conociéndome como me conozco (son muchos
años los que llevo siendo yo misma) sé que acabaré acarreando también la cámara
de fotos. ¡Hay tantas cosas que llaman mi atención! Son pequeños detalles
llenos de belleza que enriquecen mi vida.
Esta mañana he
estado observando un árbol que hay cerca de casa. Tiene unas enormes y
preciosas flores de color rosa con forma
de estrella. He intentado hacerle fotos con el móvil pero la cámara que tiene
el pobre es una patata, y claro, no ha salido nada que merezca la pena guardar.
Las flores casi ni se ven. He echado de menos mi pequeña Kodak, que se ha
quedado obsoleta pero a la que sigo sacando partido. Y he echado de menos un
bloc porque, aunque ahora recuerdo todo esto, en mi cabeza sonaba mucho mejor. Está
comprobado, siempre sucede lo mismo: cuando las ideas se presentan, o las registras
o te despides de ellas. Moraleja: a partir de ahora voy a volver a llevar un
cuaderno en el bolso.... y la cámara.
Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé
a retirarla del blog.
Es una gran idea amiga mía, así no se te escapa absolutamente nada.
ResponderEliminarYa... pero al final acabaré hasta con el ordenador a cuestas, jajaja :)
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