lunes, 9 de mayo de 2016

Desde el exilio



Qué rachita llevo.

Sigo más o menos igual que hace unas semanas, cuando os dije que iba a reincorporarme a este ciber mundo, pero no he tenido tiempo (ni ánimo, dicho sea de paso) de ponerme a escribir… hasta ahora.
Cuando empezaba a recuperarme, fue Fibi la que cayó enferma. Ha estado bastante malita, con una laringo-traqueítis. Un sábado empezó a vomitar sangre y me asusté muchísimo, pero mi hermana nos acercó al veterinario y me dijeron que se iba a poner bien. Ha pasado dos semanas y media con antibiótico, y como el que tomaba por vía oral no le hacía efecto, se lo tuvieron que poner pinchado. Total: cinco inyecciones (dos antibióticos, antiinflamatorio, omeprazol y vitaminas) durante cuatro días. Y luego otra semana y media en pastillitas. Daba penita verla, tan triste y apagada, no parecía ella. El día que empezó a comer mejor fue cuando vino a verla mi sobrina Paula, la adora y se puso tan contenta que se comió dos platos hasta el borde.
Como a mi perrita psicótica no le gusta que vea la tele (y no quería que se fuera de mi lado, para controlarla) y a mi me faltaba energía para ponerme a escribir, he pasado el tiempo leyendo. En esta última semana, cinco novelas y unos cuantos relatos. Casi nada.
            Además de cuidar de Fibi, he tenido dos emergencias caseras: una gotera del piso de arriba (por suerte el seguro se hizo cargo enseguida) y una fuga en mi propio baño (estoy hasta el moño de fontaneros). Y ahora, por fin, empiezan las obras de la reforma de mi casa. Llevo todo el fin de semana vaciando muebles y guardando los pequeños adornos que no quiero que se cargue nadie. Estoy confinada en mi pequeña habitación, con la tele, mi disco duro, el ordenador, la Nintendo, la cámara de fotos, mis plantas, una tumbona de la terraza… y como no, con Fibi, su cama y su cacharrito para el agua. Un poema. Una vida estilo tetris, os lo aseguro. Y dicen que esto llevará un mes… veremos lo que aguanto aquí confinada.
            Espero poder seguir escribiéndoos desde mi exilio particular, y empezar a visitar los blogs que siempre he seguido.

            Besos a todos. ¡¡Deseadme suerte!!



viernes, 15 de abril de 2016

El regreso de la hija pródiga


¡¡ Hola !!
Vuelvo (¡¡¡al fin!!!) de estas “vacaciones forzosas” en las que apenas he salido de casa.  Han sido veinte días bastante aburridos, a reposo las dos primeras semanas y un poco más movidita esta última. He estado bastante chafadilla, sobre todo porque pensaba que lo que me sucedía era algo peor que la lumbalgia que me han diagnosticado (no me preocupaba sin motivo, no es la primera vez que tengo problemas de riñón) pero ya estoy de vuelta, igual de “chunga” en lo físico  pero más mucho más animada.
De estos días puedo contaros poquito, pero en las tres únicas salidas que hice aproveché para hacer muchas fotos y os las iré trayendo poco a poco.
Quería daros las gracias a todos los que os habéis pasado por el blog en mi ausencia, a los que me habéis dejado vuestros comentarios o preguntado por mí. Me siento muy feliz de teneros en mi vida.
Intentaré visitaros y ponerme al día, aunque me va a costar, pero no quería demorar más mi vuelta, me apetece mucho volver a reencontrarme con vosotros.
Un beso enorme a todos


                   Dos de mis fotos como anticipo, espero que os gusten. Saludos desde Alicante.

jueves, 24 de marzo de 2016

Feliz Pascua

Hoy es día de fiesta. Yo me tomo un descansito de mis actividades habituales, no tengo más propósitos para hoy que relajarme y hacer lo que el cuerpo me pida (o me permita, sigo algo pachucha), pero quería pasarme por aquí para desearos
                 ¡¡¡  Feliz Jueves Santo a tod@s   !!!
Que disfrutéis muchísimo de este día especial. Mil besos.
Imagen de la red. La eliminaré del blog si el autor lo solicita

miércoles, 23 de marzo de 2016

Espartano y reducido...


Llevo un par de días algo “pocha” pero ya empiezo a levantar cabeza y me asomo por fin a mi blog para desearos con algo de retraso una feliz primavera y ofreceros el post de hoy. ¡¡Os he cogido un ramito de flores de por aquí!!

 

A nuestra compañera Julia, del blog “Palabras ylatidos”,  se le ocurrió este estupendo “juego”: mostrarnos nuestros escritorios, o los sitios donde más a menudo creamos nuestros textos. Me parece una forma estupenda de conocernos todos un poquito mejor.
Hoy os muestro mi pequeño rincón.
Los que conocéis mi blog ya habéis leído en él lo pequeña que es mi casa. Menos de 44m2 en total (sin contar la terraza). Así que en ella todo es “mini” y funciona en plan “tetris”. Tengo un salón diminuto y, en él, mi este espartano y reducido rincón para escribir.


¿Se nota cuál es mi color favorito para decorar, verdad? Todo está en tonos turquesas, el flexo, el tapete del ratón, el asiento de mi silla, la camita de Fibi, la funda del sofá y alguno de sus almohadones… y hasta el cuadro que tengo sobre el ordenador (que “heredé” del anterior propietario, una lámina de un cuadro de Van Gogh, mi pintor favorito).
Debido a la falta de espacio, tuve que encargar tanto este escritorio como la mesita de centro a medida. En ella tengo lo que realmente es indispensable para mí: el portátil, una buena luz, los bolígrafos que suelo utilizar, una preciosa cajita decorada en la que tengo clips y “post-it”, y claro, una plantita porque me encantan.  
No hay cabida para otras cosas, pero he descubierto que esto es todo lo que requiero, pues cuando escribo a mano, lo hago cómodamente en el sofá o en la terraza, contemplando el paisaje y para teclear, con este sitio tengo de sobra.
Tan sólo echo de menos el lugar para poner la impresora (la tengo en un armario, y la saco cuando la necesito, lo que es un engorro) y por eso, cuando amplíe el salón, tengo pensado agrandar también mi espacio de escritura. Ah, y algo tengo claro: esta vez, mi rinconcito estará mirando al mar.

 
Fibi me acompaña siempre cuando escribo. Estas son las libretas que utilizo actualmente para escribir poesía. Lo mío con el orden es casi patológico, así que mi escritorio siempre está más o menos así como lo veis.
            Y sólo me queda mencionar a mis cuatro nominados para este juego, que son:

-   Joseme Españoles http://viajeyfotos.blogspot.com.es/
-   Rosa Berros Canuria  http://elblogdelafabula.blogspot.com.es/

     Espero que todas aceptéis el reto y que esta divertida iniciativa prospere.
 
    Besos y feliz miércoles.

viernes, 18 de marzo de 2016

Enemigos Naturales (microrrelato con dibujito)

Hola a todos.

                     Este es mi segunda aportación al concurso de microrrelatos MICROFANTASY III de El Círculo de Escritores. Espero que os guste.

ENEMIGOS NATURALES

La odiaba simplemente por el hecho de ser quien era: una princesita mimada y consentida que no había tenido que esforzarse jamás. Eso la convertía en su enemiga natural.
La Bruja Malvada había aprendido de las mejores: conocía los hechizos más terribles, aquellos que ennegrecían el alma con tan solo pronunciarlos, pero también había asimilado los errores de sus antecesoras y no iba a cometerlos: nada de envenenar manzanas, ni husos de rueca. No quería arriesgarse a que un simple beso de amor frustrara sus planes.
Decidió que, para eliminarla, tenía que traer a su mayor enemigo, aquél con el que la niña soñaba cada noche. Introducirse en sus pesadillas fue sencillo, y localizar al monstruo y capturarlo también. ¡Le parecía tan poético que fuese la propia imaginación de la princesa la que le diera muerte!
Sin embargo, no tuvo en cuenta que la ferocidad de este animal, inventado por una cría, era tan relativa como inconsistente el temor de ésta. En cuanto se conocieron, la princesita y el Lagarrón se hicieron amigos.
 Lo último que pensó la bruja antes de morir es que jamás hubiera imaginado que los dientes emponzoñados de aquella criatura de pesadilla acabarían volviéndose contra ella.

Este es el dibujo del Lagarrón que hizo la princesa cuando ella y su nueva mascota se hicieron amigos


Este dibujo lo hice hace años, cuando mis sobrinas eran pequeñas y les contaba historias del Reino de las Hadas y sus habitantes. Tengo algunos aún, los llamé "Charimales". Este es una mezcla de lagarto y ratón, de ahí su nombre :)

jueves, 17 de marzo de 2016

Un paseo por el parque "La Marjal"


¡Hola a todos!
 
Ayer estuve dando un paseo con mi hermana por uno de los parques más nuevos de mi ciudad. Se trata del Parque Inundable “La Marjal”, realizado por nuestro Ayuntamiento en  colaboración con  Aguas Municipalizadas de Alicante y que fue inaugurado hace casi un año, el 28 de marzo de 2015.
 
Éstas son las entradas al recinto. Está muy bien comunicado, tiene la parada del tranvía muy cerquita.
Este parque dispone en su interior de un “vaso de retención temporal” de las aguas de lluvia, con una capacidad de 45.000 m2. En caso de lluvias fuertes, el exceso de agua se desvía mediante un colector y se vierte sobre la superficie del estanque grande, que desborda por sus orillas e inunda el vaso lentamente. Cuando la lluvia cesa, el agua retenida se devuelve a la red de saneamiento mediante unas compuertas, para su vertido al mar o a una depuradora.
              En la foto de arriba os muestro la zona que se encuentra a la entrada, una especie de mirador. Desde esta parte, que está en alto, se puede contemplar el parque y la isleta central. La de abajo a la izquierda está tomada desde el extremo contrario, y podéis ver el puentecillo que deja ir de un lado a otro del estanque. En la de la derecha, la pequeña cascada.
 
            El recinto linda con el parque “canino” Pau 5, pero en éste no pueden entrar ni perros ni bicicletas (aunque yo he visto a un montón de ciclistas saltarse la prohibición a la torera, y ayer vi a un chaval con dos perros… ¡¡y la pobre Fibi en casa!!).
Las plantas son muy jóvenes aún, y se ve todo más despoblado que en la zona contigua, pero aún así es bonito, y se pondrá mucho más si lo cuidan. Hay muchas clases de árboles (sauces, olmos, chopos y tamarindos) y flores (lirios, iris, calas, vincapervincas, y otras cuyo nombre desconozco). También se ven infinidad de juncos, eneas y otras plantas acuáticas.
Pero a mí lo que más me gusta es la cantidad de pájaros que puedes observar y escuchar. Además de gorriones, tórtolas y lavanderas, pudimos ver Ánades Azulonas (o sea, los "patos" de toda la vida).

Y uno de color blanco, que debe ser un cruce. Me encantan las plumas rizadas de la cola.
Pude fotografiar un Mosquitero, que hasta ahora siempre me había sido esquivo. ¿No es precioso? Me costó un montón hacer la foto, pero me encanta el resultado.
Había muchísimas Fochas Comunes (que, por cierto, de crías son feas de narices) nadando y buceando, comiendo plantas acuáticas y construyendo el nido en la isleta que hay en mitad del estanque.
Mirad cómo da de comer a su pollito

Aquí están todos en el nido, abajo una Focha común nadando y otras cerca de el personal de mantenimiento del parque.

 
 
 
Descubrimos también Gallinetas (o “Pollas de Agua”), aunque no hubo manera de que salieran de cara en las fotografías, se dedicaron a mostrarnos sus traseros sin ningún tipo de recato… ¡¡¡Descocadas!!! En la segunda foto, podéis ver a un pollo de Gallineta.
 
Por último, gracias a mi hermana que está más acostumbrada a buscar pájaros que yo, descubrimos una Garcilla Cangrejera. Casi ni la veía, porque tiene el mismo color que los juncos de la orilla, pero al final conseguimos fotos bastante decentes, unas Tere y otras yo. Os muestro una de cada una. Espero que logréis verlas bien. ¿A que mola el camuflaje?

Mientras intentaba localizar a la garcilla, detecté entre las plantas a una tortuga que intentaba pasar desapercibida. Y claro, foto al canto.
            Regresamos a casa después de más de dos horas de agradable paseo fotográfico, el tiempo no pudo ser más propicio ni nosotras más afortunadas. Espero que os haya gustado compartir esta pequeña aventura.
            Besos y muy feliz día a todos.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Diarios, el "Impulso Banzai" y otras consideraciones


Desde los diez años, he escrito diarios. Mi afición comenzó porque leí en la biblioteca de mi clase “El diario de Ana Frank”. No sólo me conmovió, también me impresionó lo bien escrito que estaba (¡¡por una niña tan solo unos años mayor que yo!!) y, desde el punto de vista literario, se convirtió para mí en un ejemplo a seguir. Me identificaba con su amor por la escritura.
Recuerdo el primero que tuve: era pequeño, con las tapas de piel marrón, y el nombre grabado en letras doradas. El filo de las hojas, el cierre y su llave también eran color oro. Me encantaba escribir en él. Como Ana, le dí un nombre (el de una amiga imaginaria a la que llegué a adorar) y le contaba mis experiencias cotidianas y mis secretos de adolescente.
Éste fue el primero de muchos, aunque los siguientes (dado el ritmo vertiginoso al que escribía) los compré más grandes, primero tamaño cuartilla y luego pasé al folio. Los buscaba bien bonitos,  me salían un pelín caros, pero podía darme el lujo porque sabía que los iba a aprovechar muy bien.
Los compraba con las tapas duras, forrados en tela, y con papel grueso, del que admite tanto la pluma como el bolígrafo y nunca se transparenta. Decoraba mis “entradas” con imitaciones de cromos antiguos, ilustraciones que calcaba de mis libros favoritos, flores que yo misma prensaba, fotografías, recortes, dibujitos míos, sellos (filatélicos) de flores o pájaros… en fin, de todo.
Si los hubiera conservado todos podría llenar con ellos varias estanterías, pero sufrieron los efectos de uno de mis “Impulsos Banzai”.
¿No os ha pasado nunca que se os ocurre algo y lo hacéis, sin poder conteneros, aún a sabiendas de que luego os vais a arrepentir? Cuando me sucede, es como si me viera haciendo las cosas desde fuera de mi cuerpo, sin opción para interrumpir esa actividad. Yo a eso lo llamo un “Impulso Banzai” y cuando uno de ellos me arremete, no hay nada que hacer. Eso es lo que sucedió con mis diarios. Un día pensé que ya llevaban mucho conmigo y me deshice de ellos (menuda hoguera hicieron), y mientras veía cómo se quemaban empecé a lamentarme aunque ya sin posibilidad de impedir el resultado: dos cubos llenos de cenizas y muchos remordimientos.
Sigo teniendo estos impulsos, y también continuo escribiendo estos cuadernos de bitácora (genio y figura…) aunque ahora lo hago en formato digital. Este blog es mi nuevo diario, y representa una parte importante de mí misma. En él hablo de mi pequeño mundo y los seres que lo habitan en forma de  poemas, relatos, anécdotas, fotografías e incluso de estos pequeños pensamientos que tanto dicen de mi forma de ser y mis sentimientos. La diferencia con mis anteriores diarios es que, en esta ocasión, las puertas de mi “casa virtual” están abiertas al mundo y he descubierto lo maravilloso y  gratificante que resulta compartir mi hogar con todos vosotros.
 
                          ¡¡Que tengáis un día maravilloso!!

Los dos de arriba son cromos antiguos (imitaciones, claro) con las que decoré mis diarios. Este dibujo es un recorte de revista que me encantó y que también utilicé en uno de mis cuadernos. Los tres se salvaron de la quema.:)
 
 

martes, 15 de marzo de 2016

En su radio de acción


Ayer estuve hasta el mediodía en el centro, haciendo gestiones y maldiciendo la burocracia (y la ineficiencia que lleva consigo). Cuando terminé, estaba de bastante mal humor porque había perdido la mañana casi para nada… pero ese malestar me duró muy poco.
Regresé a casa en el tranvía. Cuando conseguí sentarme me puse a observar a la gente que tenía a mi alrededor, como es mi costumbre. Cerca de donde me encontraba, había una mujer joven que llevaba a un bebé en el carrito. Lo tenía mirando a la puerta, porque al parecer iba a bajar en la siguiente parada. El nene observaba a su madre estirando hacia atrás su rubia cabecita, y sonriendo con un amor indescriptible. Luego volteaba su carita de un lado a otro y nos sonreía también a los que le rodeábamos.
 Yo también le sonreí, contenta al contemplar este sencillo espectáculo, y no fui la única.
Levanté la vista para estudiar detenidamente a los  pasajeros de mi vagón. Casi todos permanecían abstraídos, mirando a un lado, tecleando en sus móviles o leyendo (hasta hallé a un hombre que subrayaba con lápiz lo que me pareció un libro de texto). Otros se parapetaban tras sus gafas de sol (Dios sabe por que las llevarán en el interior del vehículo) o, simplemente, mostraban el ceño fruncido (como yo dos minutos antes), pero todos los que estábamos en el radio de acción de las miradas del bebé y de sus sonrisas,  parecíamos estar en un vagón diferente, en uno con menos problemas cotidianos y una mayor dosis de felicidad. Compartíamos gestos de alegría no sólo con el pequeño, sino también con el resto de los compañeros de viaje, diciendo sin palabras: ¡Qué bonito es ser niño, cuánta ternura proporciona una simple mirada!
Estar en ese “radio de acción” convirtió una mañana bastante desastrosa en algo agradable e hizo que llegara a casa de muy buen humor.



Fotografía tomada de la red. La eliminaré del blog si el autor lo solicita.


domingo, 13 de marzo de 2016

Si yo fuese un personaje...


Hola a todos.
Hace pocos días, Mo del blog “Pequeña Francesa” me nominó para este divertido ejercicio creativo:
                           "SI YO FUESE UN PERSONAJE”.
 
Creo que está claro de qué se trata, debo elegir quién sería en caso de tratarse de un personaje. Mo ha propuesto algunos y estas son mis respuestas.

Un personaje de animación (película o caricatura): Creo que Felipe, el amigo de Mafalda. Me encanta su ingenuidad, y tiene cosas que me recuerda a mí (como su tendencia a procastinar y su imaginación desbordante)
 
Un personaje de película o serie:  Rose Hewitt (Titanic) porque me encantaría una aventura así con Leonardo di Caprio (aunque cambiaría el final de Jack Dawson, claro). En cuanto a personajes de series, adoro a Monk, es mi detective favorito.


 
Un personaje histórico femenino: Teresa de Calcuta, Premio Nobel de la Paz, se hizo sin duda un lugar en la Historia siendo fiel a su fe y dedicando su vida a ayudar a los necesitados.
Un personaje histórico masculino: Leonardo DaVinci: hombre del Renacimiento, genio universal y filósofo humanista cuya curiosidad infinita solo puede ser equiparable a su capacidad inventiva, es uno de los más grandes pintores de todos los tiempos y, probablemente, la persona con el mayor número de talentos que jamás ha existido.
Un(a) deportista: Gemma Mengual: nadadora de natación sincronizada y campeona olímpica. Está considerada como una de las mejores nadadoras españolas de todos los tiempos.
Un(a) artista:  J. K. Rowling, admiro muchísimo a la creadora de Harry Potter, creo que es además una luchadora nata y me alegro de sus logros.
Un(a) superhéroe: Ayyyy, qué difícil, me gustan tantos… elijo a Ironman, me encanta el personaje (sobre todo en las películas, Robert Downey Jr. lo borda, creo que es un papel hecho a su medida…. y está tan guapo con esa barbita).
Imágenes de la red. Las eliminaré del blog si el autor lo solicita.
 

¿Y tú? ¿Quién serías si pudieras ser uno de estos personajes?

Siguiendo el ejemplo de Mo, nomino a tres personas. Podéis aceptar la nominación si queréis, no es obligatorio, pero me haría ilusión que lo hicieseis. Mis nominados son:

Julia C, con su blog “Palabras ylatidos”
Teresa Cloquell y su blog  “Mi mundo y las letras”
 
Espero que las tres aceptéis este divertido reto. Y a todos espero que os guste conocer un poco más de mí y os deseo un feliz domingo.
Besos y que disfrutéis de este radiante día.

sábado, 12 de marzo de 2016

Generaciones de dedales


Entre mis “recuerdos” guardo varias generaciones de dedales... aunque quizá debería decir los dedales de varias generaciones.
 
 
 El más antiguo, de plata, (lo tenéis a la izquierda de la foto) perteneció a mi bisabuela paterna. Apenas sé nada de ella, pues murió de fiebres en Fernando Poo, la antigua colonia española, siendo su hija (mi abuela Antonia, quien conservó y usó el dedal hasta que lo legó a mi tía) aún una niña. Tengo entendido que era una mujer muy, muy habilidosa y diestra. Ya me gustaría a mí parecerme a ella en eso.
El siguiente, también del mismo material, perteneció a mi abuela, de la que os acabo de hablar. Me encanta este dedal, es precioso, la cenefa del borde me fascina.  El más grande, plateado y más corriente y moderno, era de mi madrina, la Tía Mari Lola. Cosía y bordaba tan bien como su madre y su abuela, conservo trabajos suyos que son verdaderas obras de arte. Ellas sí que les sacaron partido a estos dedales, yo me limito a atesorarlos pero no los he usado apenas.
El último, de cerámica, un souvenir de un pueblecito andaluz llamado Vélez Rubio, es mío. Y ese si que no lo he utilizado nunca. Me gustó por el pajarito que lo decora (y porque ir de viaje, aunque sea súper corto, y no comprar postales o cualquiera de las chorradas que venden en la tienda de recuerdos me parece impensable).
   No me gusta coser, ya os lo confesé en otra ocasión. Las puntadas nunca me salen iguales: unas largas, otras cortas; las vagas, unas sueltas, las otras tensas, dependiendo de mi estado de ánimo. He heredado los dedales, pero no la destreza en su uso, ni en el arte de la aguja… aunque creo que mi tía y mi abuela se sentirían conmovidas al ver el cariño con el que cuido estos pequeños objetos que formaron parte de su vida cotidiana y que tanto me recuerdan a ellas.

 

viernes, 11 de marzo de 2016

¿¿Acaso fue un sueño??

Este es un microrrelato con el que participo en el concurso MICROFANTASY III de la comunidad El Círculo de Escritores. Espero que os guste.

¿¿ACASO FUE UN SUEÑO??

            Tras un largo paseo por el parque, me senté bajo el algarrobo, mi árbol favorito, y apoyé mi espalda en su rugoso tronco. De niña, dejaba en su base pequeños tesoros para que los encontraran las hadas. Estaba convencida de que la entrada a su mundo debía de estar allí mismo. Podría jurar que incluso las había escuchado hablar.
 
            — Mira, es la humana. Ha regresado.
    Vuelve constantemente porque adora este lugar. ¿Recuerdas cuánto le gustaba jugar con nosotras?
            — Sí, claro, siempre nos dejaba regalos: botones, cristales pulidos, caramelos...
            — ¿Seguirá creyendo en la magia?
            — Seguro que sí. ¡Llamémosla a ver si aún es capaz de oírnos!
            — ¡De acuerdo! Agitaremos fuerte nuestras campanillas, a la de tres. Una, dos... ¡tres! ¡Tilín, tilín! ...  ¡Tilín, tilín!...
 
            ¡¡Me había quedado dormida!! El sonido del móvil me despertó y,  justo en ese momento, se quedó sin batería.
            Iba a marcharme cuando recordé que llevaba una bolsa de chuches para mis sobrinas. Saqué unas pocas y las dispuse junto al tronco, como un pequeño homenaje a las hadas que iluminaron mi infancia.
Me disponía a levantarme cuando escuché un débil sonido:

            ¡Tilín, tilín, tilín! ... 

            El móvil permanecía en mi bolso, apagado.
 


Imágenes de la red. Las eliminaré del blog si el autor lo solicita.






jueves, 10 de marzo de 2016

¿¿Bucólico?? ¡¡¡Ja!!!


Ayer no tuve tiempo para escribir mi entrada, porque había quedado con mi amiga Tere para hacer unas gestiones, charlar y tomarnos algo por ahí. Pasamos un rato muy agradable, acompañadas también por mi hermana que se unió a nosotras a media mañana.
Mi amiga comentaba lo mucho que le gustan los paseos que doy con Fibi y todo lo disfrutamos juntas. Y si bien esto es cierto, en alguna que otra ocasión ha momentos que convierten estas “excursiones” en mini-sesiones de tortura, y entonces nuestra salida dista mucho de poder considerarse “bucólica”. El tramo final de nuestro primer paseo del domingo fue uno de estos momentos.
Al principio todo fue muy bien, anduvimos bastante rato, dejé que mi perrita olisqueara lo que le viniera en gana y hasta que triscara un rato por las rocas. Estaba contenta de verla tan alegre. Yo también lo estaba, había conseguido unas fotos geniales de un petirrojo, estas que os muestro. ¿No es precioso?




 

           





            También logré una instantánea graciosa de un par de cormoranes que parecían bailar sobre una roca diminuta.
                              

Quedaban sólo unos pocos metros para llegar a casa cuando ocurrió el desastre. Descubrí casi en la orilla a una gaviota cabecinegra preciosa, muy cerquita de donde estábamos y, aunque llevaba a Fibi con la cadena atada en corto, me desentendí de ella para fotografiar al pájaro.



 

 
Al poco, empecé a escuchar unos extraños ruidos: mi perrita había aprovechado mi distracción para dar con un hueso y empezar a comérselo. Conseguí sacarle un buen trozo, porque no le dio la gana obedecer mi orden y soltarlo, pero de pronto comenzó a quejarse, daba unos gritos tremendos al tiempo que se golpeaba en el morro con su propia pata. Un espectáculo.
Me agobié muchísimo y, aunque suene cutre, lo primero que pensé es que me iba a tocar llevarla al veterinario de urgencias, que te cobra sólo por abrirte la puerta. Intenté serenarme, la cogí en brazos (ella seguía aullando) y la senté en el muro de la playa. Ahí le observé el morro con atención y me di cuenta del problema: se le había quedado enganchado parte del belfo en uno de los colmillos, no tengo ni idea de cómo. Ella no podía soltarlo, así que lo hice yo con muchísimo cuidado. Me llevó un par de minutos, no sabéis lo que costaba, pero al final lo conseguí y Fibi dejó de llorar. No tenía ninguna herida, había sido más susto que otra cosa. Yo también respiré tranquila, muy contenta de haber podido mantener la calma y de haberla ayudado.
 Se merecía una bronca por lo del hueso pero, aparte de que ya había pasado todo y no iba a entender el por qué de la regañina, es que ¡¡me alegré tanto de que estuviera bien!! Además, te pone estos ojitos y cualquiera la riñe.

 
Como veis, hay momentos en que por mucha playa y muchos pajaritos que tenga alrededor, mi paseo es de todo menos bucólico. ¿¿Bucólico?? ¡¡¡Ja!!!

martes, 8 de marzo de 2016

Maya (y el complejo de Marty McFly)



            Hoy os traigo una anécdota de mi infancia que a mi aún me hace sonreír. Espero que también a vosotros os agrade.
Ya os conté en una ocasión que de pequeña tenía complejo de “Marty McFly”: era incapaz de rechazar un desafío, por muy estúpido que fuese o por muchas consecuencias negativas que tuviese. Esta historia habla de uno de esos retos imposibles de resistir.
Cuando tenía once años, emitían en la tele una serie de ciencia ficción que me gustaba muchísimo: Espacio 1999. Adoraba a todos los personajes de la Base Lunar Alfa: John Koenig, su valiente capitán; la inteligente doctora Helena Rusell y Alan (el intrépido piloto de las “Águilas”)… pero, sobre todo, me encantaba Maya, una preciosa “metamórfica” o “multiforme” que era capaz de transformarse prácticamente en cualquier forma de vida, podía convertirse en todo tipo de animal o hasta en un extraterrestre con forma de bicho. En infinidad de ocasiones era ella la que salvaba a todo el equipo recurriendo a sus “poderes”. Si a eso añadimos que enamoraba a Tony, jefe de seguridad de la base y guapete oficial del grupo, no os puede extrañar demasiado que fuese mi personaje favorito.
En clase todas mis compañeras sabían lo mucho que me gustaba  y una de ellas me propuso un reto: tenía que decirle a los profesores que me llamaba Maya. Como os he dicho, era incapaz de rechazar un desafío así que me faltó tiempo para aceptar, aún sabiendo que me iba a meter en un lío de los gordos.
Con quien menos problema tuve fue con Don Paco, el profesor de física. Me caía genial, quizá porque era tan cabezota como yo y puede que por ese mismo motivo yo le hiciera gracia. El caso es que cuando pasó lista y dijo mi nombre, yo le respondí: “No, no me llamo así, me llamo Maya”. Y él, sin levantar los ojos del papel, dijo: “Vale, Maya, sal a la pizarra”. Ni se inmutó. Eso le ganó mi respeto para siempre.
Con las demás profesoras no fue demasiado mal, logré terminar el día sin que me tiraran de clase, aunque supongo que algún negativo caería. Lo peor quedó para el final: Sor Sacramento. Aunque estaba muerta de miedo, no me eché atrás. Escuché cómo mencionaba mi nombre y respondí lo mismo que había estado haciendo toda la mañana, pero la monja se sulfuró y empezó a gritar: “¡¡No, tú te llamas Rosario!!”  Y yo, sacando fuerza no sé de dónde, le respondía: “¡¡No, Maya!!”
Estuvimos así (ella gritando “Rosario” y yo diciendo “Maya”) no recuerdo cuánto tiempo, hasta el final de la clase. Esta fue sin duda la única ocasión en mi vida en que le he faltado al respeto a un profesor (tirar la comida no cuenta, eso era cuestión de supervivencia) y no entiendo cómo me libré de una buena bronca. Supongo que, en parte, sería porque Sor Sacra se dio cuenta de que con su comportamiento tan absurdo se había puesto a la altura de una cría de once años. El caso es que salí indemne de todo el jaleo y ¡¡¡conseguí que mis compañeras me dejaran hacer el papel de Maya en nuestro juego del recreo!!!



Imágenes de la red. Las eliminaré del blog si el autor lo solicita.