He querido hacer esta entrada para agradecer a la comunidad Edupsique Narrativas Multiformes el premio que me ha concedido en el último Ancla2.
Os dejo, por si no lo habéis leído, el poema con el que participé y la foto que lo ilustra. Es del espigón que está frente a mi ventana. Es curioso, cuando era niña, mis padres alquilaban un apartamento en este mismo bloque donde vivo ahora. Así podíamos pasar un mes cerca de mi abuela materna y muchos de mis primos.
Este espigón fue testigo de nuestros juegos infantiles, de fiestas en la playa, de la celebración del día de Santiago (santo de mi abuelo, mi padre y mi hermano) cuando mi padre tiraba cohetes con paracaídas y todos los niños corríamos como locos a buscarlos. En este rompeolas cogía cangrejos el muchachito del que estaba enamorada... qué dulce es el primer amor. Tengo muchos relatos ambientados en este trocito de playa, está muy "anclado" a mi corazón. Y es curioso las vueltas que da la vida, ahora tengo mi casa aquí. Y esto que siento, aunque muy resumido, es lo que intento expresar en el poema que comparto con vosotros.
Te veo cuando despierto
Y me asomo a la ventana,
contemplo cómo las olas
besan tu cuerpo y te abrazan,
cómo te lamen sus brazos
salinos, casi de nácar…
¡Estás, pequeño espigón
tan unido a mí, a mi alma!
Me traes constantes memorias
de una muy dichosa infancia
cuando, con primos y hermanos,
entre tus olas jugaba.
Me imagino aún recorriendo
cada piedra, en la esperanza
de encontrar en ti el camino
hacia el mundo de las hadas.
Eres mío, mi espigón.
Si las aves te reclaman
piensa que soy cormorán
que con sus alas te abarca,
o una sencilla garceta,
nívea, pura y delicada,
que entre tus piedras pasea
buscando el frescor del agua.
Déjame pues, mi escollera,
ser parte de ti y tu playa:
mar, sol, rocas, oleaje…
¡deja que haga en ti mi casa!
Un beso a todos y feliz día