Tengo un
catarro de los gordos. Ayer me encontraba tan mal que pedí cita con el médico
de cabecera. Volví a casa con el diagnóstico que me imaginaba y cargada con
antibiótico, paracetamol, mucolítico y jarabe para la tos. No pude ni cenar del
dolor de garganta y como preveía una noche de insomnio, me tomé con el resto de
las pastillas una de Dormidina. ¡Menudo cóctel!
Me he
despertado muy tarde, a las ocho (normalmente a las seis y pico ya estoy en
danza) y a toda prisa me he lavado y peinado y he salido con Fibi a dar una
vuelta. La he llevado por el paseo de la playa, que nos encanta, y he
aprovechado para hacer unas fotos… o al menos lo he intentado, porque cada vez
que encuadraba, un misterioso rayo rojo aparecía en la pantalla y la cámara se
apagaba sola así que me he hartado y he
decidido dejarlo para otra ocasión.
Fibi ha
disfrutado de lo lindo persiguiendo palomas. Dos de ellas han sido lo
suficientemente valientes como para quedarse mirándola desde lo alto de una
farola, las demás han huido despavoridas. Las he observado, mientras mi gordi
daba saltos para alcanzarlas y he descubierto con horror que ¡¡¡estaban
sonriendo!!! Y, que yo sepa, las palomas no sonríen. ¿O si?
Inquieta, he
dado la vuelta para regresar y he visto la fachada de mi edificio. Parece como
si se la hubieran comido a pedazos, efectos de la remodelación. Entonces me ha
dado por pensar que parecía una versión moderna y playera de “la casita de
chocolate” y que tendría que andar con cuidado no fuera que unos ciclópeos
Hansel y Gretel fueran a acercarse para acabar de devorarla, chafándonos de
paso a mi y a mi perra con sus gigantescos zuecos de madera en su afán de dar
bocados.
He acelerado
el paso y he llegado a casa en un tris. Lo primero que he hecho ha sido ponerme
el termómetro, pensaba que me habría subido la fiebre, pero no. Ni un grado de
más, así que todo lo que ha pasado no ha sido efecto de la calentura, si no de
mi imaginación febril. ¡Menuda guasa! Me he tomado el antibiótico con un zumo,
he puesto a cargar la batería de la cámara (que estaba tan pocha como yo), me
he vuelto a meter en la cama… y hasta ahora.
Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé
a retirarla del blog.
me ha encantado
ResponderEliminarMe alegro muchísimo. ¡¡¡Mil gracias por comentar!!!
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