Voy en el
tranvía o en el autobús y me desespero. Los adolescentes (y no tan
adolescentes), repantigados sobre los asientos, con la mirada perdida y los
auriculares del móvil o el mp4 en los oídos, parecen ajenos a lo que les rodea
o más bien se hacen los tontos para no ceder el sitio a personas que lo
necesitan más que ellos. Otros, directamente, te miran a los ojos como
queriendo provocarte, como diciéndote: “Yo he llegado primero, el sitio es mío,
haber espabilado”.
¿Sabéis que
les diría… además de algún que otro taco que se me pasa por la cabeza? Pues una
simple frase, una de tres letras, que solía emplear mi tía Mari Lola cuando se
encontraba en una situación parecida, si notaba que alguien no respetaba “sus
canas” o se burlaba de ellas. Y es la siguiente: “¡Ya llegarás, ya…!”
Es una frase
que habla por sí misma, que lo resume todo. Escucharla era como oír una
sentencia, o una maldición gitana, o las dos cosas a la vez. Ahora la uso yo,
más a menudo de lo que me gustaría. Y digo eso porque me parece una pena que se
pierda la educación, el respeto hacia los mayores y unos valores que nos
ennoblecen.
Y no es que
necesite siempre que me cedan el asiento, no soy una ancianita aunque tenga mis
achaques, pero he llegado a ir con el brazo derecho en cabestrillo y nadie se
molestó en dejarme su lugar. Es terrible que nos deshumanicemos de este modo,
porque me parece algo más que una simple falta de educación; es “deshumanización” cuando un chaval no
se levanta de su asiento para que lo ocupe un anciano, o alguien que va con
muletas, o una embarazada.
A estos que no
se preocupan más que de arrellanar sus jóvenes posaderas en los asientos de
tram y del bus, les daría más que fuerte con mi “latiguillo”, pero como eso es
imposible (¡por desgracia!) habré de conformarle con esperar a que la vida o el
karma les pase factura y, mientras, les
dedico (como haría mi tía) un sonoro:
¡Ya llegarás, ya…!
(Y me permito añadir: ¡¡Si llegas!!)
Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé
a retirarla del blog.
De acuerdo contigo, pero en lugar de explayarme aquí te lo he dejado en compartir. Besitos
ResponderEliminarVale! Ahora lo busco. Besos
EliminarLa verdad es que la educación se está perdiendo por momentos. A mis hijas se les ocurre hacer eso, y de una colleja las mando al otro lado del autobús. (Y eso que aún no pasan de los cinco años). Eso es falta de educación, y son los padres de esos adolescentes los que deben inculcarselo.
ResponderEliminarUn besillo.
Sí, y es una pena que no lo hagan, estamos perdiendo a pasos agigantados unos valores que, en mi opinión, nos ennoblecen como personas. Un beso, María.
EliminarLa verdad es que se a perdido el sentido de la educación y el respeto, no puedo entenderlo sinceramente. No hay derecho a que chavales jóvenes hagan estas cosas, yo soy incapaz de ir en el bus o en el tram y no levantarme a cederle el sitio a nadie, pero afortunadamente tengo un hijo, ya conoces tú a jorge, como también hace exactamente lo mismo, es incapaz de ver a alguien mayor y no cederle su sitio, afortunadamente me doy cuenta de que algo debo hacer bien para que jorge sea como es. besotes. tere.
ResponderEliminarClaro que sí, dar ejemplo a los hijos es primordial. Gracias por leer y comentar, Tere. Mil besos
EliminarSupongo que tengo la suerte que tengo mi propio coche y con buen tiempo puedo caminar al centro de donde vivo. Pero por lo que he leído aquí, he oído hablar mucho con los años. Si se trata de una falta de educación, fue probablemente haber sido la falta de educación de despues de mis hijos ya tenían el suyo y se fue por su cuenta. No sé qué decir sobre estos niños egoístas hoy y por qué, pero he de acuerdo en que es una falta de educación en el hogar. Lo mejor que uno puede rezar para que el Karma es ser el maestro para los niños. Gracias por compartir Chari. Te deseo un hermoso dia. beso
ResponderEliminarYo tampoco entiendo por qué hemos llegado a este punto, es una pena que se pierdan valores tan importantes como es el respeto a nuestros mayores, Un beso, Cindy
EliminarI lived in Washington, DC for many years and rode the subway and bus to work. Generally it was a rather civilized ride. Able-bodied passengers gave seats to those who were disabled or obviously pregnant. There were certainly selfish boors riding the bus or train as well as pregnant women who preferred to stand, but they were in the minority. I agree that Karma will be the best teacher for those who refuse to be kind to those who need kindness on the bus and subway.
ResponderEliminarSiempre hay gente que cede su asiento, pero tengo comprobado que no suelen ser los jóvenes. Y eso me parece triste. Pero como digo en la entrada: ya llegarán. Un beso, Paula.
EliminarDesde la primer mención de la frase de tu tía he pensado en la última, con la que rematas el texto. Y es que sólo si uno tiene la suerte de llegar a esa edad podría experimentar alguna situación particular. Mi padre dice: Como te ves me vi, como me ves te verás, igual, si tienes suerte.
ResponderEliminarCreo que cada vez los jóvenes tienen menos noción de ciertos aspectos que tienen que ver con la más elemental educación.
Saludos.
Si, la frase de tu padre también iría como anillo al dedo para la entrada, es una pena que no se reconozca más la sabiduría que encierran las palabras de nuestros mayores. Gracias por comentar. Un beso
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