jueves, 8 de octubre de 2015

Cuando no se sabe de qué hablar...

   ... ¿O tendría que decir “sobre qué escribir”?

Hoy no estoy inspirada, no sé qué contar, no encuentro motivación. ¿Qué hacer? Escribir, escribir, escribir aunque sea sin pensar. Así que aquí estoy, ante mi mesa, rodeada de azul, con los ojos entrecerrados y la mirada errante que no termina de posarse ni en el monitor ni en el mar.  Mi trasero si que está bien posado en el almohadón que acabo de poner sobre la silla, a ver qué remedio, me duele todo el cuerpo, porque acabo de resbalar mientras paseaba a Fibi y me he dado un buen batacazo. Por suerte no tengo más que dolor y un hermoso hematoma en salva sea la parte… pero podría haber sido peor. Nota bene: TODO PUEDE IR A PEOR. (¿Qué es eso de “nota bene”? Me suena pero no se de qué. Voy a guglearlo ya mismo. Veamos el resultado: “expresión latina que significa 'observa bien' y se usa en un escrito como indicación u observación que se hace para que el lector se fije bien en un aspecto sobre el que el autor llama la atención”. ¡Qué guay! ¡Si la he usado correctamente! Buena chica. Ya te doy el premio luego).
Son las nueve de la mañana y ya estoy pensando en lo que voy a comer... ¡Qué cruz! Quiero pizza. Me voy a dar un homenaje y, de paso, voy a resarcirme por la caída de hoy y por el dolor de cabeza que me provocan los obreros con los puñeteros taladros. Que asquito todo. Bueno, todo no, la pizza no. Ni el mar, ni mi blog, ni Fibi. Mi pequeña sicópata está escondida en el baño porque estoy usando el ordenador. No importa que no haga ruido: ella desaparece, ofendida, triste y cabizbaja y sólo vuelve cuando lo cierro. Me mira con recelo por si acaso se me ocurre poner música, pero cuando ve que no parece que se alegra. Pero lo que le produce mayor placer es que me eche en la cama, haciéndole compañía, y  si la subo conmigo, flipa en colores. ¡Que extraños somos! A mi también me produce placer su compañía, me encantaría que estuviera ahora, a mi lado, mientras escribo. Y… ¿sobre qué escribo?
Os podría hablar de “Bolo”, lo estoy viendo desde aquí, tan despeinado como siempre, rebozándose en las algas que ha arrastrado la marea. O de su amo. Perro y dueño son clavados: ambos parecen disponer de la eternidad para pasear, sin agobios, sin malos rollos. Su aspecto es relajado, calmo, y aparentan poseer  una paciencia infinita. De cabellos largos (uno más que el otro, sobre todo ahora que el amo se ha “esquilado”) dan la impresión de vivir del aire del mar, del sol y de la arena, como si no necesitaran nada más que esto y su mutua compañía para subsistir, como si todo el tiempo del universo les perteneciera. ¡Que envidia me dan! Nunca tienen prisa, son amables, resultan relajantes y me caen muy, muy bien.
Bolo es de los pocos perros a los que Fibi tolera; su amo es uno de los pocos amos a quienes aguanto yo. Antes los veía más a menudo, pero como tuve problemas con algunos del grupo del que forman parte dejé de hacerlo. No importa, puedo vivir muy, pero que muy bien, si la excelsa compañía de los integrantes de la psico-panda (mola el nombrecito, ¿a que sí? - Ver entrada del 2 de septiembre, “pandilla psicótica”)
En fin, todavía no sé de qué hablar, pero al menos tengo bastante claro que voy a comer pizza. Bueno, voy a ver si tengo todos los ingredientes no sea que, al final, me quede sin hacerla. Ya sabéis: TODO PUEDE IR A PEOR. Mira que me gusta ser irracional a veces.
Y con esta acertada reflexión (la que está en negrita, ¿eh?) concluyo un monólogo absurdo-motivador que, con algo de esfuerzo y mucha cara dura, me ha ocupado exactamente... ¡¡¡657  palabras!!! Anda que no lo he estirado bien. Y con esto y un bizcocho… ¡Hasta mañana a las nueve!



Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé a retirarla del blog.

14 comentarios:

  1. Ah, pero que te haces tú las pizzas? Eres una caja de sorpresas, yo del congelador al horno directamente.
    También todo puede ir a mejor, ¿Por qué no?

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    1. Ya te contaré un día lo de las pizzas, es todo un ritual. Y, claro que todo puede ir a mejor... en este momento estoy en la gloria!!!

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  2. Y eso que no sabías qué decir! Jajajaja
    Tú piensa siempre que todo irá a mejor ;)
    Un beso.

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    1. Sí, no sabía qué decir... y aún he cortado un trozo para que la entrada no quedara demasiado larga, jajaja. Gracias por pasarte a leer y comentar :)

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  3. Nenaaaa! Sí que te ha cundido! Jajajajajaja. Yo también cocino mis propias pizzas y me salen...mmmm, bocato di cardinale!
    Me ha gustado mucho la imagen de Bolo y su dueño paseando por la playa.
    Abrazos, Chari

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    1. Gracias, Eva. Las pizzas están de muerte si las haces tú mismo, aunque reconozco que a veces la base la compro precocinada ;). Gracias por pasarte a leer y a comentar, me alegra mucho de que te haya gustado

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  4. Aún así, te quedo una entrada muy bien explicada e inspirada, a veces solo hay que estar delante de la hoja y sale todo de golpe.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario, tienes razón: todo es ponerse, y escribir, escribir, escribir. Un beso

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  5. Que me tenga que enterar por el blog de que te has caído... A peor te va a ir cuando te pille!!! 👿😜

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  6. Me ha encantado la descripción de Bolo y su amo . Parece que los estoy viendo

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    1. Es que son así, no se pueden describir de otra manera. Me gusta como son, me siento bien cuando los veo, me transmiten pazzzz

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  7. Menos mal wapa que no estabas inspirada que si llegas a estarlo jejee, te a quedado de fabula tu blog. La descripción de amo y perro me ha gustado mucho y me alegro de que al menos la querida fibi este a gusto con un perro, que es muy raro en ella lo se. felicidades por tú no inspiración. tere

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    1. Si, si en el fondo hay gente maja... y hasta Fibi tiene sus favoritos, como yo. Un besote

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