viernes, 6 de noviembre de 2015

Por culpa de Oscar Wilde



Esta historia comienza una tarde nublada de invierno, cuando iba a 7º de EGB. Estaba castigada  (como siempre, sin razón) a quedarme después de clase y mis amigas, Mari Ángeles, Mati y Edel estaban conmigo… (qué sospechoso suena ahora que lo escribo). Salimos a las siete y media y nos dirigimos a nuestra habitual parada de autobús, pero el tráfico estaba bloqueado debido a un accidente y tuvimos que desviarnos.
Cuando llegamos a la parada más próxima a la nuestra, vimos que bajo la marquesina había un viejecito esperando. Nos fijamos en él porque nos fastidió no poder comernos nuestros respectivos paquetes de pipas cómodamente sentadas.  Recuerdo su rostro, las arrugas que surgían por debajo de las gafas y su extraña sonrisa. También me acuerdo de que llevaba un abrigo negro, pantalones grises y una bufanda amarilla que parecía desentonar con el aire apático del anciano. No sé el motivo, pero me dio un poco de miedo, aunque se me pasó enseguida porque llegó nuestro trasporte y mis amigas y yo nos fuimos hacia la parte de atrás para seguir charlando.
Al día siguiente, tras las clases, decidimos caminar un ratito más y coger el bus en el mismo lugar que la tarde anterior. Al llegar encontramos a un joven esperando. Llevaba un abrigo negro, pantalones color gris y bufanda amarilla. Creí reconocer sus ojos a través de las gafas, aunque no estaban cercados de arrugas. Y su sonrisa, ¿por qué me resultaba tan familiar? Entonces me acordé del anciano que habíamos visto el día anterior y una extraña idea empezó a tomar forma en mi cabecita loca.
Había leído “El retrato de Dorian Gray” dos semanas antes, y siempre he tenido mucha imaginación…  ¿Podéis adivinar lo que pensé? ¡¡Exacto!! ¡Estaba ante la misma persona, solo que ahora era más joven, mucho más joven que el día anterior! ¡¡¡Tenía un pacto con el Maligno!!! Conté atropelladamente estas sospechas a mis amigas, que eran tan sugestionables como yo. Nos apartamos unos pasos, observamos con atención a aquél hombre, nos miramos entre nosotras… y salimos corriendo hacia el colegio, hechas un mar de lágrimas y pegando gritos. 
Tocamos el timbre y nos abrió Sor Sacramento que, después de calmarnos escuchó atentamente nuestra historia. Se le iba hinchando la vena de la frente a medida que relataba nuestra traumática experiencia, incluyendo la lectura del libro de Mr. Wilde. Cuando acabé, la monja nos regañó (una bronca de cuello vuelto, en serio), nos llamó niñas estúpidas y, casi a empujones, nos sacó del colegio. Oímos como cerraba la puerta con llave.
Algo más calmadas, aunque no mucho, mis amigas y yo empezamos a caminar. Sin decir palabra optamos por la parada más lejana a la que acabábamos de dejar atrás.

Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé a retirarla del blog.

34 comentarios:

  1. Jajajajajajaj! Qué bien relatado !!! Por una vez sor Sacramento tenía razón

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    1. Por una vez... y sin que sirva de precedente, que era un bicho malo y lo sabe todo el que pasó por el cole, me encanta que te haya gustado. Besitos

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  2. Ayyyyy bendita inocencia y bendita imaginación!! jajajaja.

    Menuda aventura, Chari. Tan es así que pasando el tiempo aún la recuerdas con exactitud, y no es para menos. Seguro que tus amigas y tú tardásteis un tiempo en olvidaros del anciano-joven de la bufanda amarilla.

    Como siempre, un relato estupendo que me ha hecho sonreir. Gracias!

    Besos y feliz viernes para ti :)

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    1. Pasamos auténtico miedo, ahora me río pero ese día fue horrible... y lo malo es que también lo fue para mis amigas por culpa de mi imaginación... y de su impresionable forma de ser. Me alegra que te haya gustado. Un beso

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  3. Jijjiji que imaginación. No me extraña que salieran corriendo. Yo también lo habría hecho.
    Un besillo.

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    1. Corriendo, llorando y gritando... era para habernos visto. Es lo que tiene tener la imaginación desarrollada, que luego para pararla cuesta demasiado. Un beso, María, gracias por venir.

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  4. Jajaja. Buena historia! Yo añadiría: moraleja. No leáis al Tito Oscar.W. estaba loco! Abrazos.

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    1. Si, loco... como todos los poetas (me incluyo), qué bien escribía, sus cuentos me vuelven loca. Los he leído en inglés, francés y of course en castellano. ¡¡¡Me encantan!!! Gracias por leer y comentar y buen finde. Besos

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  5. Muy buen micro, me ha hecho mucha gracia imaginar vuestro miedo y la reacción de la monja. Lo comparto, amiga, feliz viernes,

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    1. Si yo hubiera imaginado que nos iba a abrir la puerta Sor Sacramento me hubiese quedado con el joven-viejo, mejor alguien que ha hecho un pacto con el diablo que el propio Satanás. Era terrible la monja. Gracias por compartir, me alegro que te haya gustado. Un besote

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  6. Qué imaginación! Me encanta! ;). Un besito!

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    1. Cómo me alegra que te guste, Eva. Te mando un beso muy fuerte, feliz finde

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  7. Ayyyyy me encanta!!!! Adoro a Oscar Wilde y también soy muy de imaginarme cosas.
    Yo en un post conté una anécdota, una vez salí del portal con mi ghermana para ir a coger el bus y a la vez que nosotras empezó a andar un hombre leyendo el periódico.
    Eso era tan de peli de espías que como una loca eché a correr creyendo que me perseguía mientras le gritaba a mi hermana que corriera. Crucé la carretera como una loca e intenté atravesar un jardín y me tragué unas arandelas que lo bordeaban y caí echada a la larga y destrocé mi pantalón blanco, y encima una de las manchas era de un marrón que no quiero ni saber lo que era.
    Tú historia es muchísimo mejor pero me he sentido identificada porque se me dispara la imaginación a la mínima,jejej.
    Un besito y lo has contado genial.

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    1. Jajaja, pues sí que nos parecemos. Yo me expuse a la bronca de la monja, pero en serio que si llego a imaginar que me iba a encontrar con ella me quedo en la parada del bus, porque la monja daba pavor. Oscar Wilde me fascina, sus cuentos son poesía pura, no pueden ser más bonitos. Los he leído en castellano, francés e ingles, y me fascinan. El cuento de El gigante egoísta me hace llorar cada vez que lo leo (o sea, una vez al año) es delicioso, usa el lenguaje de una forma tan poética que llega a mi corazón. Un beso, Marigem, gracias por pasarte.

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  8. Pues yo creo que sor Sacramento estaba equivocada y además ella debería creer en el diablo pues sale en la Biblia ¿no?
    Un beso Chari

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    1. Sor Sacramento SIEMPRE estaba equivocada, pero como tenía tan mala baba cualquiera se lo discutía. Además, ella era El Diablo, como para no creer en él. Un beso, Kirke

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  9. Opino como Kirke: era el mismo hombre. ¿Qué voy a decir yo, que en un pueblecito de la Bretaña francesa me di de bruces con Merlín, me sonrió con ojos de pillo y ¡plop!, desapareció? Conste que no lo vi yo sola. Que sí, Chari, que sí, que lo tuyo no fue cosa de la imaginación. ¡Monjas descreídas!

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    1. Yo vi una vez un duende cerca de mi casa, me sonrió con picardía y desapareció ¡¡¡Y nadie me cree!!! Mi hermana dice que tuve una alucinación... pero te juro que no me fumé nada ni lamí la chepa de un sapo. Como para contárselo a la monja, jajaja. Un besote, Carmen

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  10. What a cool story of what happens when imagination finds an active mind in which to play! This is what happens in those years after we are too old to believe that there are monsters under the bed as we fight to go to sleep at night and too young to know that pacts with the devil are the doings of politicians. Thank you so much for sharing, Chari! Kisses and a pleasant weekend to you!

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    1. Me encantan tus comentarios, son poéticos, divertidos y están tan bien redactados... gracias por leerme a diario, por comentar y por ser tan amable conmigo y mis escritos. Un beso enorme, Paula, feliz fin de semana

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  11. Es que te imagino a ti y a tus amigas, jejee, imaginación para que te quiero jejeje. Ahora la reacción de la monja también me la imagino y me entra risa, risa que por supuesto a vosotras no os entraria en aquel momento, y que por otra parte al ser monja es lógica. me ha gustado muchisimo, y es que leer O.Wilde es lo que tiene ejjee. Me encanta como relatas tus acontecimientos. besazos tere.

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    1. Ni te imaginas el miedo que pasamos, pero lo peor fue la bronca de la monja. Esa sí que era el diablo. Un beso Tere, gracias por comentar y leerme cada día

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  12. Quién puede dudarlo, xd. La misma noche que lo conocisteis hizo el pacto con el diablo. Seguro que tenía el cuadro en el salón de su vieja, enorme y destartalada casa. Qué aventura!! A mí teníais que haberme pillado y no a la sosa de Sor Sacramento.
    Muy buena historia.

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    1. Seguro que sí, en un salón con muebles mohosos y olor a cera de vela... me lo puedo imaginar. Y si que fue una aventura, lástima que no nos siguieran el rollo. Un beso, Rosa y gracias por pasarte y comentar

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  13. Gran historia y una gran imaginación. Monstruos y otras cosas como las hadas y fantasmas son tan reales como su imaginación los hace. Para mí todos ellos siguen viviendo en mi imaginación, escribo sobre de vez en cuando. gracias por compartir Chari

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    1. Pues creo que eres una afortunada de tenerlos aún en tu imaginación, las hadas, los elfos y duendes... todos los personajes de fantasía te harán ser joven de espíritu siempre. Un beso enorme, Cindy

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  14. Divertidísimo micro Chari, no quiero ni pensar qué gesto debió tener Sor Sacramento al tiempo que se le iba hincando la vena y antes de que os sacase del colegio...¡pobrecilla y con ese nombre tan rimbombante! ja,ja,ja,jaaa
    ¡Feliz fin de semana!

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    1. Síii, era para haberla visto. Daba más miedo ella que el viejo-joven que podía estar en tratos con Lucifer... era tremenda. Gracias por pasar y comentar. Feliz finde.

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  15. Muy simpática tu historia, Chari. Conozco bien a las monjas, por lo cual me siento bastante identificada.¡Y todo por culpa del genial Wilde! Un placer leerte.

    Besos!

    Fer

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    1. Sí, algunas monjas eran tremendas, y Sor Sacramento se llevaba la palma. Oscar Wilde es uno de mis autores favoritos, me encantan sus cuentos, son tremendamente poéticos. Un beso y mil gracias por venir.

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  16. Joer con la monja. ¿No se supone que debería haberos tranquilizado?
    Lo de amar al prójimo a algunas les iba un pelín grande.
    Un besico, Chari.

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    1. La monja en cuestión era de la piel de Satanás, en serio. Con las demás no tuve jamás problemas, pero Sor Sacramento... ufff, miedo daba.
      Un beso enorme, Sue

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  17. Muy bueno Chari ¡la imaginación al poder! Yo me habría quedado con el joven para preguntarle si era Dorian Gray en vez de salir corriendo hacia el colegio y contárselo a Sor Sacramento. Un abrazo

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    1. ¿¿Y si, para hacer una broma nos dice que SÍ es Dorian Gray?? A mi me da un infarto, de verdad, jajaja.
      Un beso enorme, Mamen

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