Se llamaba
Mario, aunque sus compañeros de clase solían llamarle por su apellido,
Escolano, y así nos referíamos a él también en casa. Era el mejor amigo de mi
hermano pequeño y, cuando le conocí, tenía once años y yo dieciséis. Era el
niño más gafe del mundo, siempre metido en líos, aunque se los tomaba con buen
humor porque su carácter era afable y tenía un gran corazón.
Recuerdo
uno de sus días más ominosos (al menos de los que compartió conmigo). Estábamos
en el jardín de mi antigua casa, celebrando una reunión familiar y allí
comenzaron sus desgracias. Para empezar, se cayó de la bici. Eso puede pasarle
a cualquiera, sí, pero no una, y otra, y otra, y otra vez. Al final perdimos la
cuenta y aconsejamos al muchachito que lo dejara estar. Lo malo fue que, cuando
decidió bajarse del vehículo lo hizo por mal sitio, se le enredaron los pies en
una manguera y se dio de bruces contra el suelo partiéndose las gafas.
¡Pobrecillo! ¡Estaba tan triste! Daba penita verle, tan descoordinado y patoso.
Mis
hermanos y yo tratamos de animarle, y le propusimos dar un paseo (¡¡¡a pie, por
supuesto!!!). Fuimos hasta una pinada cercana en la que solíamos jugar y allí,
Escolano encontró una lata de laca en spray aparentemente vacía. Digo aparentemente
porque pronto nos dimos cuenta de que no lo estaba ya que Mario la dirigió
hacia sus ojos y apretó la válvula. No pude alcanzarle a tiempo para impedir el
desastre.
Le
vaciamos sobre el rostro el contenido de las dos cantimploras que llevábamos con
nosotros, pero el resultado no fue demasiado alentador así que decidimos
regresar. Sin embargo nuestros problemas (bueno, los de nuestro amigo) no
habían terminado todavía: sin darse cuenta, pateó una lata que resultó ser un
nido de avispas. Cuando llegamos a casa, el pobre tenía los ojos inyectados en
sangre y lágrimas, estaba empapado y, además, cubierto de picotazos de arriba
abajo.
Muchos
años después de esta aventura, me encontré con Escolano cuando iba a mi
academia de inglés. Estaba a punto de cruzar la calle para saludarle cuando le
ví tropezar y caer. No pude contener la risa, salió sola, a borbotones. Él no
me vio y, como me era imposible dejar de reírme, decidí alejarme a toda prisa
del muchacho más gafe del mundo.
Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé
a retirarla del blog.
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Chari espero q sea ficción.
ResponderEliminarPues no, amiga, es absolutamente cierto. Lo he contado algo "novelado", pero no mucho no creas. Y esto que le pasó ese día no es nada... una vez se tragó un candado abierto y le tuvieron que operar para sacárselo... Era gafe pero un crío encantador, con un humor impagable. Un beso, Pepa
Eliminar¡¡Pobrecito Escolano!! Tenía la esperanza de que fueran cosas de críos un poco "inconscientes", pero parece que la estela gafe lo persiguió incluso de adulto. Menudo trabajo tendrían con él sus angeles de la guarda jajajaja.
ResponderEliminarMuy divertido, Chari, aunque ojalá no experimente nunca qué se siente siendo gafe...
Besitos y buen finde!!
Pues sí, pobrecito, era muy descoordinado pero por otro lado, el crío más simpático y con buen humor que he conocido. Le tenía mucho cariño, me caía genial. Un beso, Julia, gracias por pasarte y feliz finde
Eliminar¡Eso si que es nacer de culo! (como dice una expresión popular) y por supuesto tuvo que ser horrible esa excursión a la pinada ¡no quiero ni imaginármelo!
ResponderEliminarBueno amiga Chari, crucemos los dedos para que no vuelvas a encontrártelo.
Mil besos y ¡feliz sábado!
Fue tremendo, pero a los dos días él ni se acordaba. Y es que. aparte de ser gafe, era un gran chico. Un beso, gracias por estar aquí.
EliminarPobre chico, hay gente que como bien has dicho, son gafes!! Feliz fin de semana. Abrazos!!
ResponderEliminarFeliz finde, Mamen, me alegra siempre tu visita y tus comentarios. Es cierto que hay personas gafes, Mario lo era (no se si lo seguirá siendo) pero también era encantador. Y nunca es uno gafe del todo si consigue hacerse simpático a todo el que le rodea. Un beso grande
EliminarWas Escolano's mother frightened by something when she was carrying him? Like maybe she had a lottery ticket with the winning number but it was for the day before? I feel sorry for this character. It seems that he could cut his hand playing with a softball!
ResponderEliminarHave a pleasant weekend, Chari! Kisses!
Gracias por pasarte y por tu comentario. Como digo a los demás, no era gafe del todo. Era super querido por todo el mundo, divertido, simpático... ¡¡¡algo malo tenía que tener!!! Mil besos, amiga
Eliminar¡Ay, pobre! Me recuerda tanto a mí. Soy patosa a más no poder, y conmigo se cumplen todas las leyes de Murphy. Aunque lo llevo bien, con risas se arregla todo. =)
ResponderEliminarUn besote.
Es verdad. Si algo tenía Mario era bondad y sentido del humor, por eso lo quería todo el mundo. Un beso enorme, Soledad, gracias por comentar
EliminarJajajaj, a mí me pasa mucho, soy de las que tropiezo y me caigo en todas partes. Y mi hija igual, yo no sé como nunca le ha pasado nada gordo haciendo senderismo y todo el deporte que hace porque tropezamos hasta con una piedra de mechero, como dice mi marido.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte, pobrecito Escolano,gafe como él solo.
Besitos y feliz finde.
Al pobre le pasaba cada cosa... una vez se fue de excursión con el cole a los Pirineos, nada más salir del bus, bajando la escalerita, se cayó y se partió el brazo derecho... en fin, gafe total, eso sí, alegre y majo como pocos. Un beso, Gema
EliminarYo soy muy despistada y patosa, pero lo de Escolano es el colmo. Yo que el, no saldría de casa. Claro que podría electrocutarse con la radio en la bañera. Pobre. No conviene acercarse a él. Te diría que es un buen relato, pero te diré que es una complicada realidad contada con humor.
ResponderEliminarUn beso.
Es totalmente real, Rosa, y cosas peores le pasaron. Por ejemplo, sé que se tragó un candado... ¡¡abierto!! y le tuvieron que operar para sacárselo... pero como digo a todo el mundo, su carácter era ejemplar y lo queríamos todos los que le conocíamos. Un beso, gracias por pasarte
EliminarPobre hombre, pobre niño, no quiero ni imaginar su adolescencia. Hay personas un poco así por desgracia.
ResponderEliminarMe podrías decir exactamente qué significa gafe si eres tan amable =)
Abrazo.
Gafe significa "con mala suerte", que atrae las desgracias. También se supone que lleva la mala suerte a los demás... aunque Mario el pobre se la quedaba toda para él solo. Fue, y espero que lo siga siendo, una de las personas más simpáticas y alegres que he conocido.
EliminarGracias por pasarte, Gildardo, un gusto tenerte aquí
Una historia interesante, pero un poco triste. En mis primeros años, yo Yo también tuve trastorno de la coordinación, pero en mis tiempos en ese entonces sólo llamaron la mala suerte. Sin embargo, me crecer fuera de él, a excepción de la dislexia, pero he aprendido a trabajar con eso. Envío una oración por tu amigo. gracias por compartir querido amiga Chari {:o)
ResponderEliminarAy, Cindy, siento haberte traído malos recuerdos. No creo que Mario tuviese el mismo problema que tu ya que no se trataba sólo de que era descoordinado, era de verdad que tenía mala suerte. Pero, aparte de esa aparente "mala suerte", era un chico encantador, divertido y cariñoso. De todos los amigos de mi hermano era, de lejos, mi favorito... así que tan gafe no sería, ¿no?
EliminarMuchas gracias por leer y por comentar siempre mis escritos, Cindy. Un beso enorme
pobrecillo y la pena es que de adulto parece que no se a quitado de encima el ser gafe, anda que cuando diga eso de todo me pasa a mi me parare a pensar en el amigo de tú hermano. Pero bueno si era simpatico y con buen corazón mira una cosa quitaba la otra, pero ay el pobre. besos tere
ResponderEliminarPues sí, pero cuando no dejas que algo te afecte, consigues ser feliz. Olé por Mario Escolano. Un beso grande para ti... y otro para él
EliminarHay gente así!!!
ResponderEliminarYo sólo conocí a este chico, pero compensaba su "gafe" con su maravilloso carácter. Gracias por leerme y por comentar. Abrazos
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