A medida que los obreros que están arreglando la
fachada del edificio se van alejando de mi terraza, van regresando mis
gorriones. Los he echado mucho de menos durante estos tres meses interminables.
En lugar de desayunar acompañada de sus gorjeos, lo hacía con los vozarrones del jefe de obra
y sus hombres, y creedme, eso no tienen nada de bucólico.
¡¡Pero han vuelto, por fin!! Y ya me tienen poniéndoles
migas de pan en el balcón, y silbando como una posesa (como una posesa que,
para más INRI, no sabe silbar). Pero da lo mismo, porque en cuanto me escuchan,
se asoman desde sus nidos en la palmera, o desde el tejado o desde los balcones
vecinos, y vienen a regalarme su alegría en forma de trinos y saltitos.
Hace un par de años que los “adopté” (o que ellos me
adoptaron a mí). Hoy quiero mostraros un pequeño poema que les escribí, como
agradecimiento a la felicidad que me obsequian a diario.
A MIS GORRIONES
Gorriones,
¡Qué lindos!: marrones
y negros; vivaces.
Locuaces
me miran y pían,
vuelven a piar
y yo me levanto
a darles su pan.
Gorriones,
alados glotones,
nerviosos, voraces.
Sagaces
se acercan y pían
y vuelvo a picar,
pues dejo mi asiento
para echarles más.
Gorriones,
pequeños tragones,
alegres, vitales,
geniales.
Me espían y pían,
me alegran el día
con su gorjear…
¡¡¡qué dichosa me hace
oírles cantar!!!
Fotografias de Charibr7 |
Hola. qué bien que has recuperado a ''tus'' gorriones. Me puedo imaginar el cambio de soportar a los de la obra y sus gritos y ruídos. El poema es precioso y es un bonito homenaje a tus 'compañeros' dedesayuno. Seguimos en contacto
ResponderEliminarHola, Marta. Sí que es un cambio maravilloso. Es una gozada tenerlos aquí de nuevo. Un beso enorme, nos leemos.
EliminarPues si tú estás contenta, imagínate cómo estarán ellos. Me los imagino: ¡hola, hola, ya estamos aquí! Un abrazo, Chari.
ResponderEliminarEs increíble la felicidad que me dan, Carmen, incluso en los días más sombríos (cuando perdí a mi madre y durante su enfermedad) sus visitas me arrancaban una sonrisa. Eso se tiene que agradecer de algún modo y este es el mío. ;)
EliminarQue alegría saber que tus gorriones han vuelto a tu balcón que es una de las cosas de las que he disfrutado cuando he estado alguna mañana en tu casa, es una gozada junto con las maravillosas vistas que tienes, y desde luego es mejor siempre ver a los gorriones que la voces insoportables de unos obreros, me alegro mucho que hayan vuelto a tu balcón. un besote. tere ah y me han gustado mucho las fotos que acompañan al poema y el blog.
ResponderEliminarHola, Tere. Las fotos las hice el sábado, estaba contentísima de ver que volvían a mi casa después de estos tres meses. Los he echado muchísimo de menos. A los obreros aún se les oye, pero mucho menos. Qué descanso. Un besote
EliminarEnhorabuena por tus gorriones recuperados. Mucho mejor que los vozarrones mañaneros de los trabajadores. (Uf! sólo de pensarlo me duele la cabeza, con lo que gritan para hecerse oir, los pobres) y preciosa la poesía, además de divertida.
ResponderEliminarSíii, anda que no hay diferencia en la calidad de sus vocecillas, jajaja. Me alegra que te haya gustado, Rosa, un beso enorme
EliminarJajajaja que lindo chari
ResponderEliminarGracias, Yayone, es que me hacen sentir muy feliz. Son tan dulces!!! Un besito
EliminarEsta es la historia más dulce y el poema que he leído en un tiempo. Gran despertar por mientras bebía mi café de la mañana. Casi podía oír el canto gorriones.
ResponderEliminarSí es cierto, nos adoptarán. El verano pasado fueron los cuervos que me adoptaron. Muchas gracias por compartir, querido amigo Chari
Me encantan los pájaros, siempre en libertad. Reconforta su vivacidad, su alegría, su canto, su espíritu indomable... verlos me hace profundamente feliz y me alegra que esta entrada te haya hecho feliz a ti, Un beso enorme, querida Cindy
EliminarBuenas tardes, Chari! Estoy feliz por ti que tus amigos gorrión han regresado. Gracias por compartir tu poema bien elaborado y las fotos con ella usted. Cuando yo era muy joven el patio de mi abuela era un lugar de descubrimiento y aventura para mí. No me acuerdo de las propias aves, pero sus canciones han estado conmigo durante más de 60 años. Todavía llevo alegría al escuchar la serenata de los pájaros donde yo podría ser. ¡Ten una maravillosa tarde! Besos!
ResponderEliminarYo también recuerdo el canto de los gorriones que teníamos en el árbol que daba a mi ventana, en la casa donde veraneábamos, la casa de mi infancia. Quizá por eso el sonido de sus voces es el más relajante del mundo para mí, porque lo asocio con una época feliz de mi vida, de inocencia. Me alegra que el poema te haya gustado, un gran beso, Paula
Eliminar¡Hola, Chari! Que bonitos gorriones que han inspirado tan bella poesía. Me alegra mucho que ya hayan vuelto y que tengas de vuelta sus alegres sonidos en lugar de la voz gritona del jefe de obra jaja.
ResponderEliminarSaludos. Me ha encantado leerte :)
Anda que no hay diferencia de sonidos ;) Me alegra que te haya gustado el poema, quise hacerlo como homenaje a los animalitos que tantas alegrías me proporcionan. Un besito.
EliminarEn los árboles que rodean mi casa también anidan gorriones y es una gozada oírles por la mañana piar. En primavera es un auténtico escándalo pero un escándalo encantador.
ResponderEliminarMe alegro que los tuyos hayan vuelto.
Preciosa poesía, sí señora.
Un beso
El canto de los pájaros es el sonido que más me gusta del mundo, me relaja, me hace sonreír. Supongo que me recuerda a mi infancia, a momentos de paz, inocencia y despreocupación. Oírlos me hace feliz. Un beso, Kirke, me alegra que te haya gustado la poesía
EliminarMi padre cría canarios y tiene muchos de distintos colores. Es un placer oírlos, y a verdad es que dan mucho para lo poco que piden, al igual que los gorriones que, a cambio de unas miguitas de pan, alegran la vista y el oído.
ResponderEliminarMe ha gustado la poesía, y estoy segura que acuden a ti piando "chari-chari" ;-)
¡Besos!
L
Es cierto lo mucho que dan a cambio de tan poquito, a mi por lo menos me proporcionan paz y alegría. Si me tienen amaestrada, en cuanto pian salgo con el pan!!! Menos mal que me lo regalan en mi panadería, que ya me conocen y me guardan de vez en cuando pan del día anterior para ellos... Un beso enorme, Chelo, gracias por venir
EliminarMe encantan los gorriones y el poema se ajusta a lo que son, preciosas criaturas.
ResponderEliminarUn saludo
Hay pájaros mucho más vistosos, pero los gorriones son tan dulces, tan monos, tan alegres... a mi me han conquistado, ¿se nota, no? Un beso, Yolanda, gracias por pasar por mi blog y por tu comentario. ¡¡Bienvenida!!
EliminarMe fascina esa manera tan peculiar de narrar tus historias, muy originales. Es un deleite leerte.
ResponderEliminarGracias, Xavier, mis historias son siempre parte de mí misma, os hablo de cosas muy cercanas al corazón. Si os llegan y si, como dices, es un deleite leerlas... en fin, me alegro tanto, tanto... mil gracias por tan precioso comentario. Un beso
EliminarNo me hables de obras que se avecinan en mi edificio y quiero llorar!!!!
ResponderEliminarMe encanta el poema y me encanta que hayan vuelto a tu terraza. Hace un par de años les empecé aponer alpiste en un tiesto que tengo en la ventana y al final el alpiste germinó y los gorriones acudían en masa a comer a mi ventana, ainnns, que monos y adorables.
Un besito y me ha encantado la entrada, es de lo más entrañable.
Los míos no comen alpiste, pasan de él, ni fruta, Solo pan. Son sibaritas, como yo, jajaja. Lo de las obras es un marrón, ya llevamos tres meses y aún quedan dos mínimo. Pensaba que no acabarían nunca, pero ahora que se van alejando del balcón puedo respirar. He estado dos meses con el andamio tapándome las vistas y con los obreros voceando sin parar en mi terraza!!! Qué cruz
EliminarMuy bonito el poema y divertido jeje, pero más bonito, si cabe, es el hecho de dejarlos en libertad y no tenerlos en jaulas. Así ambos disfrutáis. ;)
ResponderEliminarUn besito. =)
No me gusta verlos enjaulados, es privarles de su esencia, la libertad. Me alegra que te haya gustado el poema, se lo dediqué con todo mi cariño a mis pequeños "gorrones alados". Un besote
Eliminar¡Qué bueno que ya regresaran estos pequeños inquilinos a tu balcón, Chari...como aquellas golondrinas de Bécquer! Disfruta de su compañía y no les aumentes mucho de peso con tus migas de pan...je,je,je,
ResponderEliminarBesos
Son una alegría enorme para mí, y por eso los cuido. Mi cuñado, que entiende de pájaros, me explicó lo que tenía que darles y en qué épocas para no aumentar demasiado la población... pero a veces me paso porque me encanta verlos, qué le voy a hacer. Un besito
EliminarPuedo dar fe que desayunar oyendo el trino de los pájaros es todo un lujo. Qué suerte tienes, Chari!! :)
ResponderEliminarDonde yo vivo también podíamos disfrutar de ese placer, pero poco a poco la zona va teniendo más tráfico, más edificaciones cerca, más ruido, y ahora es más complicado escucharlos :(
El poema es de lo más tierno. Qué suerte tienen esos gorriones de que los hayas adoptado (o ellos de haberte adoptado a ti). Lo que queda claro es que os mimáis mutuamente. Por cierto, lo de tener a unos pocos hombretones rondándote en el desayuno no será bucólico, pero también tiene su qué, no?? jajajajajaja.
Un beso enorme y feliz jueves!!
Preciosa poesía, tus gorriones la merecen, por tiernos y embellecedores de vida. Me alegro que nos acerque su alegría y vitalidad y que te emocionen e ilusionen. Los obreros deberían imitarles o aprender de ellos, jeje.
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte, amiga, la composición poética es encantadora, como tú.
Un besito
En mi terraza tb se posan.
ResponderEliminarBonita entrada, besossss
¿¿A que es una gozada?? ¡¡¡Son tan moooonos!! Mil gracias por tu comentario, un beso enorme
Eliminarqué bonito. Me encanta la naturaleza. Un saludo.
ResponderEliminarEs que hay cosas muy bellas, cotidianas, a nuestro alrededor, que son capaces de alegrarnos la existencia. Un gran beso
EliminarQué felicidad,.. Precioso poema
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Suni. Besos, y muchas gracias por leer y comentar
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