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a retirarla del blog.
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A mi madre le
dan mucho asco las lagartijas, dice que es el único bicho que no soporta ni de
lejos. Por eso no se la enseñé ni le dije nada y, mientras ella me preparaba la
merienda, metí a Norberto en una caja de zapatos.
Mamá entró en
la habitación justo cuando estaba despidiéndome de ella, aunque por suerte ya
la había dejado en un lugar seguro. Pensaba que me iba a caer la bronca, pero
creo que no debió oírme porque no me riñó. Solamente me miró con la misma cara
que pone cuando me duele la garganta. Y esa no es su cara de enfado, porque
cuando se cabrea, aprieta tanto los labios que se le ponen blancos, y le salen
un millón de arrugas entre los ojos.
Ayer volvió a
suceder algo parecido, y noté que mamá seguía mirándome sin decir nada y
empezaba a preocuparse, así que decidí contarle la verdad. Pensaba que en
cuanto supiera que había metido una lagartija en casa pegaría un grito, pero lo
que hizo fue sonreír y soltar un fuerte suspiro, no entiendo muy bien porqué.
Le pregunté si estaba enfadada conmigo por haber colado un bichito en casa sin
su permiso y me dijo que sólo un poco, pero que en el fondo se alegraba de que
Norberto fuera un amigo de carne y hueso. Y luego se rió. No hay quien entienda
a mi madre.
Qué bonito!!!! Mi hermana y yo nos pasamos la vida llevando bichos a casa, salvados de muertes seguras. Y mis hijos han crecido igual, y las lagartijas son taaaan monas, y Norberto, el dragón de Hagrid, es tan adorable.
ResponderEliminarUn besito y he disfrutado mucho, me encantan este tipo de historias.
Anda, que guay, eres de las nuestras, como mi hermana y yo, salvadoras de bichos. Yo he llegado a recoger pájaros, erizos, lagartijas, gatos, perros, tortugas... en fin, de todo.
EliminarMe alegra que te haya gustado. Un beso
Me gusto mucho chari. es muy tierno.
ResponderEliminarQué bien que te haya gustado, Pepa, el relato lo hice pensando en mi hermana, que tiene un don con los animales. Gracias por pasarte y por comentar
EliminarQué bonitísimo!. Me ha parecido muy, muy tierno y me he sentido muy identificada, si no que alguien le pregunte a mi madre... ;) Besitos
ResponderEliminarSí, nuestras madres tendrían mucho que decir, la mía estaba feliz de que sus hijos fueran tan buenos con los animalitos. Con complejo de San Francisco de Asís o de San Antón, jajaja. Un besito
EliminarAl final Norberto acaba convertido en uno más de la familia, jeje
ResponderEliminarUn besito, guapa. :)
Gracias por pasarte a leer y comentar, Soledad. Claro que se vuelve uno más de la familia, como para interponerse entre una niña y su lagartija... ;)
EliminarTiene tanta dosis de ternura, me encanta. Bravo chari, un beso. tere
ResponderEliminarGracias, Tere, me encanta que te guste. Un beso enorme
EliminarPrecioso, Chari!
Aviso!! Norberto pasará a ser la estrella de las mascotas con poco que se lo proponga. Te lo digo por experiencia.
Draco, primo de Norberto (vive en mi casa dentro de un tupper de Ikea), le manda recuerdos... ;)
Besos y abrazos.
Gracias, Alicia, un beso enorme y también a Draco, seguro que es un gran amigo para tu familia.
Eliminar¡Me ha encantado Chari! Aunque tampoco me van los bichitos, tiene carita de simpático Norberto ;-)
ResponderEliminarBesos
A mi las lagartijas me encantan, son una monada. Y la que he puesto en la entrada es tan dulce... un beso enorme, Chelo.
EliminarUn cuento precioso. Y siento envidia sana de los que poseen esa gracia de poder contar historias, pequeñas, sí, pero grandes al mismo tiempo. Enhorabuena Chari. Y desde el rancho te mandamos un fuerte abrazo
ResponderEliminarBueno, tu posees el arte de hacer comentarios maravillosos. Me alegra de corazón que te haya gustado y te envío un cariñoso abrazo desde la orilla del mar.
EliminarHola. es un relato precioso y muy auténtico. Recuerdo que cuando era niña siempre quería recoger a todo tipo de animalitos que me encontraba y volvía loca a mi madre.Seguimos en contacto
ResponderEliminarSí, para escribirlo me basé en mi hermana, que tiene un don con los animalitos. Me alegro de que te haya gustado, Marta, un gran beso
EliminarEsta fue una gran historia. Que utilizo para hacer lo mismo cuando yo era un niño. Lagartos, ranas, sapos, incluso tenía una tortuga de barro una vez, pequeñas culebras, yo también tenía conejos, ardillas, aves, perros y gatos callejeros, zorrillos mapaches, venados, incluso un oso de una vez. Yo no fui a ellos vinieron a mí. Yo traer mucho de los animales abandonados en casa algunos que habían sido heridos en la carretera. Mi mamá hizo el trabajo veterinario .. Muchas gracias por compartir querido amiga Chari
ResponderEliminarEn mi casa también hemos recogido siempre animalitos abandonados (¡¡aunque nunca un oso!!), he tenido un murciélago y un erizo, entre otros, y pájaros a montones, siempre en libertad. Tu infancia ha debido de ser una aventura, Cindy. Un besote
EliminarEs el reino de los cielos reserva para los niños. Pensar y observar como ellos, te dará camino en las letras. Felicitaciones.
ResponderEliminarGracias, Nauro, escribí este relato poniéndome en la piel de una niña, y he querido transmitir su inocencia. Me alegra haberlo conseguido y que te haya gustado. Un fuerte abrazo
EliminarYo también querido amigo Charlie, Tanto mi blog y mi comunidad se realiza desde los ojos de un niño. {:o)
Eliminar¡¡Ya lo creo, Reina de las hadas!!!
EliminarQué linda historia Chary. De niño hice algunas crueldades con lagartijas, parte de mi negro pasado, jajaja.
ResponderEliminarSaludos.
¡Qué bien que te haya gustado la historia! Me alegro un montón. Y ese pasado de lagartijas martirizadas espero que haya quedado muy atrás... ¡¡¡que no me entere yo de lo contrario!!! Jajajaja.
EliminarBesos
Thank you for sharing a bit of innocence today. I found it very special to be able to take a mental journey back to those days for a few seconds. Kisses, Chari!
ResponderEliminarPonerse en la piel de una niña inocente para contar una historia es complicado, si lo he conseguido me alegro de corazón. Un beso grande, Paula
EliminarMe ha encantado Chari,, una historia muy linda, recuerdo cuando era pequeña y nos íbamos a veranear a la sierra, concretamente a Sierra Espuña, mi pasión por entonces, era coger ranas, y mariposas, me encantaban.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo de buenas noches.
Hola, Carmen, muchas gracias por visitarme. Me alegra que te haya gustado la historia y que traiga buenos recuerdos. Feliz noche
EliminarPara empezar la foto de Norberto es una monada. Y para seguir el texto es tierno a más no poder. ¡Qué historia tan bonita, Chari!
ResponderEliminarMe han parecido auténticas no solo la inocencia de la niña al rescatar a Norberto, sino también la actitud precupada de la madre pensando que su hija tenía algún amigo invisible que pudiera resultar "inquietante". Con tu estilo sencillo y amable siempre consigues engancharnos, bien por tí!!
Un beso enorme.
Gracias por este comentario, Julia, me encanta que te haya llegado mi relato. Fue bonito ponerse en el lugar de una niña, y para ello pensé en mi hermana, que era la que más mano tenía para los bichos. De verdad que me alegra de que te haya gustado. Mil besos
EliminarMuy buen relato, no me esperaba esa respuesta de la mamá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Felipe, me alegra que te haya gustado y que te haya sorprendido. Un beso enorme
EliminarUn micro muy tierno para este concurso que ojalá ganes, porque es cierto que lo has escrito metiéndote en la piel de una niña.
ResponderEliminarPersonalmente no empatizo con los reptiles y menos con las lagartijas, pero respeto absolutamente a cualquier animal.
Muchos besitos y ¡feliz jueves!
Yo es que, siendo bicho, empatizo con casi cualquier cosa... mira que me gustan, Un beso grande, amiga
EliminarHola, me gustó mucho este microrrelato y, aunque apenas te leo, debo decirte que mereces ganar el concurso. Tanto porque te metiste en la piel de una niña, como porque es bonito y enseña algo a quienes lo leen. Me gustó mucho esa referencia a Harry Potter y que la lagartija se llamara Norberto. No me gustan esos bichitos, pero me pareció adorable que la niña decidiera adoptarlo ^^
ResponderEliminarSaludos.
Hola, me alegra de que hayas pasado por mi blog. Muchas gracias por tu amable comentario, hice la referencia a Harry Potter porque me encanta, si hubiese leído los libros siendo niña no me hubieran podido quitar la varita mágica de la mano. Un beso enorme
EliminarNo importa si mi chico me trae algún día una lagartija, pero si me trae cualquier otro bicho me da un parrús.
ResponderEliminarMuy divertido, me ha gustado mucho.
Un besito.
Jajajá, pues prepárate... eso es lo más "light" que te pueden traer. Yo, una vez, adopté a un murciélago, aunque ya era mayor y mi madre no pudo (ni quiso) poner pegas. Un gran beso, Sue
EliminarUna historia muy bonita... muy tierna y, encantada con la inesperada respuesta de la mamá q tanto ha sorprendido a la niña como a mí ( creí q iba a poner el grito en el cielo ).
ResponderEliminarTe sonrío con el Alma.
Bueno, supongo que prefirió ver que el amigo de su hija era real, aunque fuese una lagartija, que enfrentarse a un amigo imaginario. Un beso enorme, feliz domingo
EliminarPobre la madre que creía que era un amigo imaginario, jejeje
ResponderEliminarEs muy requetelindo Chari, :)
Súper tierno.
Besos!!!
Gracias por el comentario... con dos años de retraso, jajaja, acabo de verlo. No me digas que no soy desastre
EliminarMil besos, Irene