Veo al hombre-pulpo desde lejos todas las mañanas,
llueva, truene o luzca el sol. Contemplo cómo se salta los semáforos, cómo cruza
por el paso de peatones montado en su bici roja cuando tendría que ceder el
sitio a los viandantes. Observo cómo circula por la acera, molestando a cuantos
se encuentra en su camino y poniéndoles, encima, mala cara, como si
estuviésemos invadiendo su espacio vital. El hombre-pulpo va en bicicleta por
el paseo de la playa, aunque está prohibido. No importa, él puede conducir su
vehículo por donde le plazca, las normas no están hechas para su persona.
No toca el timbre nunca ¿para qué? Los que vamos por la
acera, lugar que nos corresponde, deberíamos intuir su presencia y cederle el
paso, obsequiándole incluso con una graciosa reverencia o inclinando la testa
con humildad en señal de adoración y respeto. ¡Apartaos, mortales, dejad paso
al hombre-pulpo!
El hombre-pulpo no lleva capa, pero es un súper
malvado. Uno de mis archienemigos, de esos a los que reservo una dosis extra de latiguillo. Su disfraz
consiste en una maraña de larguísimas “rastas” que enreda sobre su descerebrado
cráneo dándole la apariencia de hombre molusco. O de ensaimada mallorquina. O
de cagarruta, todo va en gustos.
Y yo ¿qué disfraz me adjudico? Teniendo en cuenta que
tengo el “don de Cyrano”,
pues opto por una capa (o mejor un impermeable que tiene más usos y siempre he
sido una chica práctica) y mi latiguillo virtual, que no es otra cosa que una (espero)
afilada “pluma”. Y para terminar mi puesta en escena, un poema al más puro
estilo de Cyrano (y obviamente, basado en sus propios versos).
Te lo dedico a
ti, hombre-pulpo. Y al finalizar… te hiero.
“Duelo rimado
(en tres actos) en la Albufereta
entre
una súper heroína llamada Chari de Bergerac
y
un hombre-pulpo malencarado y molesto”
Bajo rauda la capucha
y, dejo ya, abandonada
mi gabardina; así puedo
mostrarte, veloz,
mi “espada”:
no es otra que el latiguillo
de ésta, mi pluma afilada
y te prevengo, hombre pulpo:
al final, vas a palmarla. (primer acto)
Voy a pincharte las ruedas,
voy a cortarte las alas
y haré que beses el suelo
que con tu bici profanas.
Tonto es que pidas clemencia
no va a haberla. Estoy lanzada:
esquivo,
finto, ¡un, dos tres!...
y… ¡chúpate esa estocada! (segundo acto).
Llegó tu instante postrero,
y aunque ya estoy fatigada
al quite estoy; me retiro…
(te espera otra
manguzada).
¡Una! ¡Dos! ¡Ahí va! ¡Me tiro!
Está visto: esto se acaba
¡Y al finalizar, te hiero!
…¡¡¡aunque sea con palabras!!! (último acto)
Imagen tomada de la red. Si el autor lo solicita, procederé
a retirarla del blog.
Jajajaj, me encanta!!!!! Me río mucho con tus cosas, eres genial!!!!
ResponderEliminarYo soy muy defensora de la bici pero estoy harta e esa gente que no capta el concepto carril bici, aceras peatonales, carretera, vamos esas cositas fáciles que nos indican por donde se va andando y por donde en bici y a veces me siento tonta pegando rodeos para respetar el carril bici y luego veo a mis propios hombres pulpo en plan caballo de Atila.
Un besín y me he reído un montón, Chari de Bergerac.
Me alegro de que te rías con esto. El humor es para mí una válvula de escape súper efectiva, me encanta poder compartirlo y que os lo paséis bien con lo que escribo. Un beso enorme, Gema
EliminarToda la razón! !!! La verdad es que me dan mucha rabia,sobre todo en Zaragoza,ya que allí tienen un hermoso y grande carril bici. Aquí en Vigo hay menos porque es una ciudad con muchas cuestas, pero haberlos haylos también. ..
ResponderEliminarUna penita que no haya más educación vial... y de la otra. Por fortuna, no todo el mundo es así. Gracias por pasarte y por tu comentario, Sue. Un beso
EliminarDesde luego no hay derecho a que invadan por diestro y siniestro, un espacio que es de los peatones y guárdate mucho de protestar porque ellos todavía con altanería te dicen que el espacio es de todos. Me encanta tú forma de relatar, ya lo sabes, pero no me cansare de decírtelo. besitos. tere
ResponderEliminarSip, hay gente que no sabe comportarse, pero quiero creer que son los menos. Gracias siempre por tus lectura y por el cariño que pones en tus comentarios. Besines
EliminarGenial eres una maestra con arte y con gracia. . Me lo he pasado pipa leyendolo. Lo he leido un par de veces... je je besitos
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marijose. Me alegro de que hayas disfrutado leyéndolo, yo lo pasé en grande ayer mientras lo escribía... anda que no me río ni nada. Un gran beso
EliminarI am as irritated as you are, Chari. In my town, it is not the bicyclists who are terribly rude. It is the people who ride on electric mobility devices, the scooters that disabled people use. Many of them are not disabled that I can see, and none of them so much as toot a horn or ask "Excuse me!" They will run over you if you do not hear them in their almost silent approach. It is the height of ignorance. Have a good Tuesday afternoon and a great Wednesday and stab a wheel or two for me! You tell a story well. Kisses!
ResponderEliminarUff, lo que cuentas es aún peor que lo que relato yo, Me parece horrible que la gente que no necesita este tipo de vehículos finja ser discapacitado para usarlo. En fin, gente maleducada hay en todas partes, no sólo está mi hombre pulpo. Un beso, Paula, me encantan tus comentarios, siempre tan "sabios" y ocurrentes. Besos mil
EliminarEs cierto lo que dijo Paula. Tengo un poco de pérdida de la audición y no puedo no oír ellos viniendo. No me atrevo a caminar por la ciudad sin Paula a escucharlos. Tráeme un látigo y un escudo. jejeje. Voy a publicar uno de mis propias componer entrada hoy acerca de las experiencias de meditación. Tener un querido maravilloso día amiga Cheri {:o)
ResponderEliminarVale, vamos a formar un grupo de súper heroínas para enfrentarnos a villanos como el hombre-pulpo!!! Ya cuento contigo y con Paula... ¡¡¡Id pensando en el disfraz!!! Feliz noche, Cindy, gracias por pasarte.
EliminarLos hombres-pulpo que más bien son unos cara-duras de mucho cuidado, efectivamente merecen ser retados con la táctica del "latiguillo" o directamente "tocados y hundidos" como el juego "de los barcos".
ResponderEliminarBesos
La técnica del latiguillo me encanta, me libera... me imagino tomando carrerilla y ¡zas! latigazo en la chepa. Uff, no es posible hacerla real, pero mira que desahoga. Un beso enorme y gracias siempre por estar aquí
Eliminaral hombre pulpo hay que tenerle listo un caldero para hacerle en sopa y para atraparle con un baston entre las llantas ya se dara por agarrado ;-) un saludo
ResponderEliminarJajaja, si, una buena idea, no había pensado en lo del caldero. Un beso, Anto, gracias por pasarte
EliminarBicis, si. Pero respetando el código de circulación, como los demás vehículos. La división no es entre bicis y coches sino entre groseros y cīvicos. Groseros hay a pie, en bici, en moto y en coche y es contra ellos contra los que va el latiguillo. Me he tronchado de risa con tu entrada . Yo me enfrento a diario con pulpos como ese
ResponderEliminarDe acuerdo en todo, por desgracia imbéciles hay en todas partes. Se me va a cansar el brazo de darle al latiguillo... un beso, gracias por leer y comentar :)
Eliminar¡Qué bueno! Mil gracias por visitar mi blog y tu comentario. ¡Con tu permiso aquí me quedo Chari!
ResponderEliminarBesos y feliz día
Me alegra que te haya gustado, nos seguimos viendo por aquí, Chelo. Que tengas un gran día. Besos
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