Ayer tuve un
día movidito. Nervios, nervios, nervios.
Empecé la
mañana con una visita al dentista, nada grave, menos mal. Ya me veía pagando
los empastes a plazos. Y luego trabajo, en casa, si, pero no deja de ser faena. Quería colgar un
post y no pude. Y quería leer mis blogs favoritos, y tampoco pude, así que
acabé la noche con remordimientos, frustración y más nervios aún.
¡Qué rabia el carácter que tengo! Todo me lo
tomo terriblemente a pecho. Cuando retomé el blog hace una semana me propuse
escribir de lunes a viernes y sólo por un día que no puedo ya me siento mal.
Quiero hacer algo por cambiar esta actitud, por relajarme y no sentirme
contrariada si algo escapa a mi control.
Antes de irme
a la cama, desilusionada y aburrida, me hice auto-terapia: indagué en mis
pensamientos e intenté descubrir qué sentía y ver qué podía hacer por cambiar lo
que no iba bien. Ésta es una pequeña muestra de ese “discurso interior” (yo no
dialogo, me suelto peroratas, os aviso):
“Hay días en
que todo sale rodado, según lo previsto o incluso mejor, pero también hay días
ordinarios y otros, como hoy, que dan una ligera grima de lo aburridos que
resultan. Monótonos, grises, insustanciales. Todo parece ir a contrapié.
Pero, espera,
aunque no salgan según mis esquemas no dejan de ser “mis días”. Y si los
catalogo como “grises”, “grimosos” y otros epítetos similares o peores me estoy
condicionando a verlos como tales y a sentirme mal en cuanto intuya su
presencia.
Es verdad que
me hubiera gustado hacer “casi” cualquier cosa (anda que no me gusta exagerar)
excepto lo que he hecho, y no porque haya sido pesado o desagradable, es que me
apetecían más otras actividades, pero si hubiese intentado relajarme y aceptar
lo que me tocaba en lugar de frustrarme por no conseguirlo hubiera sido una
jornada mucho más relajante. ¿A que sí?”
Luego llegó el
momento de la epifanía:
“Ohhh, qué
razón tengo. ¡Que boba agobiarme de este modo! Voy a poner los medios _ me
dije_ para que esto se repita lo menos posible”.
Y para
terminar me dí un “capón virtual”* y me fui a la cama, satisfecha y
en calma conmigo misma.
*Cuando hago algo mal y sé que
podría hacerlo mejor o cuando sé que tengo que ponerme las pilas y mover el
culo para resolver un problema, me imagino a mí misma dándome un capón (cariñoso, que conste). A eso le llamo "capón virtual" (ã todos los derechos reservados). No duele, pero hace casi el mismo efecto: me ayuda
a cambiar el chip.
Feliz día a todos
Imagen de la red. La eliminaré del blog si el autor lo solicita
No hay nada mejor para calmar los nervios, mitigar las decepciones y la impaciencia, y otras muchas "disfunciones mentales" y, de paso, animarte y hacer un propósito de enmienda, que llevar a cabo una profunda reflexión, autoanalizarte y darte un par de cachete, o capones virtuales, jajaja. Así que ¡bien hecho!
ResponderEliminarUn abrazo.
¡¡Gracias, Josep!! Como digo, esos cachetes no duelen pero son súper efectivos. Y siempre anima ver que se puede cambiar a mejor... o al menos intentarlo.
EliminarUn beso enorme
Yo esos capones me los doy de noche, cuando me vienen pensamientos a la cabeza de esos que te quitan el sueño (sueño que, ya de entrada, no suelo tener, por lo que el problema se agrava); me doy el capón y me digo a mí misma "Rosita, eso no lo vas a resolver ahora, ya lo pensarás mañana (aquí ya en plan Escarlata O'Hara total), ahora piensa otra cosa". parece mentira, pero con un poquito de voluntad, me suele funcionar.
ResponderEliminarDe todas formas es que si yo me propusiera publicar cada día en el blog, ya me habían tenido que ingresar con camisa de fuerza. Suelo publicar un día sí y dos no y un así, hay veces que cuesta. No te agobies, mujer. Si un día no se puede, no se puede.
Un beso.
Jeje, yo también me digo lo mismo. Y sí que funciona, aunque no siempre. Lo del sueño lo llevo de pena.
EliminarYo ya he hecho el propósito de publicar de lunes a viernes, hace dos años lo hacía sábados y domingos también, y era agotador.
Me lo tomaré con más filosofía.
Un besazo, Rosa O'Hara
Fíjate, Chari, que yo creo que lo peor de tu día de ayer fue el dentista ¡Les tengo pánico!
ResponderEliminarPor lo demás, entiendo lo que dices. Yo soy también una "agobiona" y tengo que hacer las cosas de una semana en 24 horas. Durante mucho tiempo he padecido ansiedad por esta actitud, pero lo solventé apuntando los quehaceres en un papel y voy tachando poco a poco las tareas que voy finalizando. Con suerte, a veces pierdo el papel y, cuando me doy cuenta que la lista interminable no era tan imprescindible, voy aprendiendo que todo puede esperar un poquito. Porque al fin y al cabo, lo importante somos nosotras. Así que déjate los "capones" y apunta las cosas en un papel que luego pierdas.
Un besote
Uff, si apuntar apunto. En papel, en hojas de word, en una pizarra magnética que tengo en la cocina... pero es que no pierdo nada y si no hago las cosas de la lista me agobio. Soy un caso. Ahora, lo de tachar mola mucho. Cuando elimino algo de la lista me da un subidón que no veas, jajaja
EliminarUn beso enorme, Macarena
Pues Chari, no te agobies, si no puedes llegar a todo, pues no se llega. Más vale irte a la cama dormir y al día siguiente será otro día. Y como dice Macarena sino haces una lista y la pierdes. Un abrazo.
ResponderEliminarTendré que proponerme lo de perder la lista, pero me cuesta, soy muy meticulosa. Y lo de agobiarme, intento cambiar pero ya ves que cuesta. Son hábitos de toda la vida y modificarlos es un trabajón. Poco a poco.
EliminarMil besos
No todo lo que somos nos complace, y creo que es difícil cambiarlo. Porque creo que cuando pensamos en esas cosas que hicimos y que nos molestan tanto, a pesar del tiempo que le dediquemos a repensarlo y analizarlo y todo lo que hagamos; no creo que sea muy posible cambiar. Porque cuando nos volvemos a enfrentar a eso que nos hace actuar de esa forma lo volvemos a hacer. Creo que es mejor tratar de aceptarnos, y que eso que hacemos no nos frustre, o al menos no demasiado.
ResponderEliminarUn gran abrazo Chari.
Creo que tienes razón, que aceptarse es lo mejor que puede hacerse, pero es difícil cuando sabes que puedes hacerlo mejor, o al menos intentarlo. Yo creo que me agobiaría menos si me parara más a pensar.
EliminarUn beso enorme, Gildardo
Creo que no debes de ser tan estricta contigo misma, Chari. A tí eso de ser un poco más pasota, un poco más permisiva, tener la manga un poco más ancha, andar un poco más a tu bola pegue o no, te iría muy bien... claro que a lo mejor ya no serías tú y eso no mola :))
ResponderEliminarBueno, como ya te diste tú tu propio capón virtual, yo no te voy a decir ni mu, pero que sepas que si hay días que no se puede hacer todo, todo, todo, ¡no pasa nada! Lo importante es priorizar y mantenerse animada para disfrutar, en lo posible, mientras se hacen las cosas.
¡Besitos sin agobios, guapa!
Lo de ser permisiva conmigo misma me ha costado toda la vida un montón, pero sigo intentándolo. Estos capones virtuales en serio que me ayudan, me recuerdan que poniendo de mi parte puedo sentirme mejor, así que ¡¡fuera agobios!!
EliminarMil besos, Julia
Jajajaja, yo estoy igual pero hago como Rosa,me pongo en plan Scalett O´hara.
ResponderEliminarHoy quería hacer el post improvisado y no he podido, ayer fui un día horroroso, tampoco pude publicar y el poco tiempo que tuve libre preferí emplearlo en pasear un poco porque estaba agobiada.
Hoy me he levantado pronto y estaba segura de que iba a tener un hueco para escribir, pero me ha pasado de todo y ahora que tengo una media hora libre he preferido pasarme por los blogs amigos, así que nada, otro día sin post, debería haberme tomado esta semana libre.
Besos y me encantan tus capones virtuales, ayudan mucho, jejejeje.
Desde luego, es mil veces mejor relajarse que frustrarse por lo que no puedes hacer. Hay días/semanas que son más complicadas que otras, y etapas de la vida en que hay que tomarse las "obligaciones" con más filosofía.
EliminarMucho ánimo, Gemma. Y ya sabes, recurre a los capones virtuales... pero con mucho cariño. :)
Tú y yo tenemos que tener una conversación sobre este post, recuerdámelo, pero mientras eso llega solo un consejo amiga mia: La vida se vive una vez y si nos pasamos medía agobiándonos por lo que nos sale mal, al revés o porque no llegamos no disfrutamos de la vida, perdemos energía y no nos deja ver lo positivo que tiene la vida, a pesar de muchas cosas, se tienen amigos, escribes muy bien, tiene a alguien a tú lado que te llena la vida como es el amor de Fibi, no se tantas y tantas cosas, de modo que amiga mía, dado que tus capones parecen efectivos y reflexionar al acabar el día parece que también, yo te aconsejaría mas capones y reflexiones al irte al dormir.
ResponderEliminarMil besos.
TERE.
Ya sé que me vas a pegar el puro, jajaja. Es verdad que tengo muchas cosas en la vida, una de las más importantes tu amistad... GRACIAS. Así que te haré caso, más capones virtuales, más meditación y menos agobios antes de ir a la cama.
EliminarMil besos, Tere, te quiero un montón