Creo que aún
no recibía demasiadas visitas en el blog cuando hablé de la “psico-panda”. Os
hago un breve resumen para poneros en situación.
La “Pandilla
psicótica” o “psico-panda” es como llamo a un grupito de gente que paseaba a
sus perros en manada, todas los días muy tempranito. Solían encontrarse en la
playa antes de las siete de la mañana y, a mi entender, estas reuniones tenían
por objeto cumplir cuatro objetivos básicos:
1)
Realizar una buena sesión de ejercicio, que es
beneficioso tanto para perros como para personas.
2)
Conseguir que las mascotas socialicen con otros canes
mientras los amos hablan de lo suyo. Hasta ahora, chapeau.
3)
Permitir que los animales vayan dejando sus excrementos
por todos lados, no recogerlos jamás y consentir, si se da el caso, que
destrocen el mobiliario urbano (he visto en dos ocasiones a uno de estos
chuchos destrozar una papelera).
4)
Jorobar al resto, a los que llevamos al perro atado (en
primer lugar, lo paseamos con correa porque es lo que manda la ley y en
segundo, porque no queremos causar jaleo) y obligarnos a tomar vías
alternativas para no cruzarnos con ellos.
Tuve un
problema muy serio con una de las “señoras” integrantes de la psico-panda. Su
perro, que jamás va atado, atacó a Fibi. No fue grave porque yo estaba al lado
y me lancé sobre mi peluda para protegerla. En vez de pedir disculpas, se dedicó
a mentir sobre mi perrita y sobre mí, y
ella y sus amigas se apartaban de nosotras como si tuviésemos la peste
diciendo: “es que Fibi es peligrosa” y mirándome con auténtico odio. ¡¡Pero si
fuimos nosotras las atacadas y las que nos llevamos el susto!!
Ahí es cuando
me di cuenta de que en este grupito están todas (o casi todas) mal de la olla, necesitan un buen frenopático tanto como respirar, y por eso surgió el nombre.
Un nombre, claro está, usado sólo en “petit comité” (véase hermanos, sobrinas y
amigos) y en el blog. Discreta que es una.
Pues bien, la
psico-panda se ha disuelto. Se les ve pasear por la playa, pero ya no en plan rebaño.
Cumplen los mismos objetivos que antes (pasear-ensuciar-molestar), excepto el
de socializar. Imagino que habrán acabado por enfadarse entre ellos.
Aunque
encuentro más relajadas y hasta simpáticas a algunas de las ex integrantes de
la pandilla psicótica (o bien ha dejado de afectarles la presión de grupo o se
han dado al Prozac) sigo evitándolas casi siempre. Sólo tengo problemas con dos
de ellas, pero tampoco me hace una especial ilusión pasear con el resto.
Prefiero ir a mi bola, sin tener que preocuparme de que vayan a atacarnos,
disfrutando de la alegre compañía de Fibi y el murmullo de las olas como banda
sonora de nuestro momento de relax.
Imágenes de la
red. Las eliminaré del blog si el autor lo solicita
Hay mucho loco suelto. Siempre lo he dicho. Y mucha gente sin el menor civismo. Con los perros hay que ser muy responsable (También con los niños), pero hay gente que tiene un perro para que se lo aguanten los demás (las cacas, los ladridos, sus graciosos destrozos), sin darse cuenta de que los demás o no tienen perro porque no quieren o se dedican a cuidar al suyo propio (pasa lo mismo con los niños y algunos padres).
ResponderEliminarUn beso.
Es verdad que con los perros y los niños hay que ser responsable, es cuestión de dar educación que, aunque sea distinta, no deja de ser eso: enseñar, dar valores, poner límites. No sabes lo mal que lo pasé al principio por culpa de esta gente, pero ahora ya no me afecta. Me alegra poder tomármelo con sentido del humor.
EliminarUn beso, Rosa
A veces es mejor estar solo que mal acompañado, sobre todo si la compañía está mal de la cabeza. Con psicópatas mejor no alternar.
ResponderEliminarDe esos tengo yo unos cuantos en el parque que está enfrente de mi casa, además tienen perros de presa y los llevan sueltos, a mí me dan mucho yuyu y procuro no acercarme a ellos.
Un besote.
Uff, los perros de presa me dan pavor desde que este verano uno que iba suelto por aquí intentó atacar a Fibi. Uno de mis vecinos llamó a la policía. No hay derecho a que gente tan irresponsable tenga perros así, no saben educarlos y lo pagamos los demás.
EliminarUn besazo, Kirke, gracias por tu visita
Jo con la Psico Panda, creo recordar que alguna vez lo hemos comentado.
ResponderEliminarComo bien dicen los demás, mas vale sola que mal acompañada, de verdad como puede haber gente así? pero como decía mi padre "de todo tiene que haber en la viña del señor", pero vamos poco civismo y respeto por los perros y por el mobiliario urbano.
Mil besos
Sí que lo hemos comentado, sí, lo pasé fatal al principio. ¡A mi también me apetecía socializar! pero lo que decís todos, con gente así cuanto más lejos mejor.
EliminarUn beso enorme, Tere.
Cuando voy o salgo de mi trabajo en un paseo que hay encima de las vías del tren hay una cuadrilla que se juntan con sus canes y la verdad los sueltan y da miedo cruzarse con ellos. De vez en cuando algunos no limpian lo que ensucian sus perros y eso es de guarros y no ser responsables de sus perros. Si se quiere perros hay que responsabilizarse de todo lo que hace y ensucia. Un abrazo.
ResponderEliminarPor supuesto que sí, hay que ser responsable. Yo JAMÁS dejo una caca de Fibi por ahí, me parece una falta de civismo terrible. Ni te imaginas cómo está esta zona a causa de gente como la que comento en el post...
EliminarUn beso enorme, Mari Carmen
Me ha pasado muchas veces lo que cuentas. Cuando bajo con Trufo y Canela al primer paseo del día siempre (siempre, siempre, siempre) me cruzo con un par de personas que llevan a su perro suelto. Yo dejé de ir al parque donde había una pandilla muy parecida a la que describes precisamente por algo parecido a lo que te pasó a ti, pero me coincide que nos seguimos cruzando muy a menudo y a veces tengo que dar unos rodeos increíbles porque yo los llevo atados y esas personas siempre sueltos. A veces están a punto de escaparse los míos porque el perro suelto viene, los altera, etc. Y por supuesto ni lo llaman, ni nada, y tengo yo que encargarme de sujetar a los míos, En fin... una locura.
ResponderEliminarLo del Prozac se lo recomendaría a más de uno ;).
Un besito y buen comienzo de semana.
Yo tuve que variar mi zona de paseos para evitar encontrarme con las dos "señoras" en cuestión, porque nada, ni con amenazas consigues que aten al perro... y son enormes los dos chuchos.
EliminarEn fin, o prozac... o dardos tranquilizantes :)
Mil besos, Eva
Buenos días, Chari, estás actuando con altura y que nadie te eche a perder tu música "olera" en ese momento de relax. Disfruta el día y feliz semana.
ResponderEliminarHola, María. Al principio si que se me echaba a perder el momento de relax. Hubo un día que incluso llegué llorando a casa de la frustración y la pena... pero ahora ya lo veo todo de otra manera y siempre uso el sentido del humor para quitarle importancia a las cosas... ¡¡y funciona!!
EliminarUn beso y feliz semana para ti también
Hola, cuánto tiempo y que ilusión volver a leerte.
ResponderEliminarCreo que al final has salido ganando con la decisión que tomaste. Es que de verdad hay cada uno suelto por el mundo que en fin.
Ah el nombre de la pandilla me encanta, qué crack jajaja.
Besos.
¡¡¡Hola!!! Yo también me alegro un montón de verte. Voy poco a poco pasando por todos mis blogs favoritos, pero me está llevando un poquito.
EliminarEl nombre de la pandilla nos encanta a mi familia y a mí, les va que ni pintado, jajaja.
Un beso enorme, Mariola, me paso en nada por tu blog
Seguro que mas de alguna vez se ha de encontrar algun tornillo tirado por ahi, y seguron debe ser de alguna de la pandilla, jajaja esta bien Chari coincido que es mejor evitarlas para que tu y tu copito de nieve anden en paz
ResponderEliminarSi fuera recogiendo todos los tornillos que encuentro de esta gente... podría montar una ferretería, jajajaja. Tienes razón, mi Copito de nieve y yo estamos mejor con gente más "civilizada".
EliminarUn besazo, Anto
Como suele decirse, hay gente para todo. Tu anécdota me ha recordado algo parecido que sufrió hace poco mi hermana con su perro. Es un perro de aguas color chocolate pacífico tirando a cobrarde que jamás se mete con nadie. Pues bien, un día estando en la plaza, otro perro le atacó sin venir a cuento. Mi hermana hizo lo que tú, proteger a su perro en cuanto se dió cuenta de lo que pasaba, aunque eso no evitó que el pobre animal se llevara un par de mordiscos y un susto de muerte. A la mañana siguiente, se encontró de nuevo con la pareja de dueño-perro agresivo y el primero tuvo la desfachatez de preguntarle a ella si su can estaba correctamente vacunado... ¡para tortearlo, vamos! Luego supieron que en los días anteriores había atacado a otros congéneres también :(( No sé qué opinas tú, pero yo creo que merecerían formar parte también de la psicopanda jajajajja.
ResponderEliminarCreo que Fibi y tú estáis mucho mejor solas o, lo que es mejor aún, la una en la compañía de la otra. Pasando de gente rara e incívica con sus mascotas...
¡Un beso grande, Chari, y feliz comienzo de semana!
Andaaaa, lo de tu hermana también es bueno. A mi, al menos, no me preguntaron semejante barbaridad. Que gente, por favor. Desde luego, se merecerían unirse a la psico-panda, luego los metemos a todos en un barco, lo fletamos destino nunca-jamás... y a otra cosa, mariposa. Ganas dan, de verdad.
EliminarMil besos, Julia. Feliz semana a ti también
Pues entonces Chari, somos muy parecidas. Yo prefiero un paso tranquilo a la orilla del mar que un barullo sin orden ni concierto, y si ya hablamos de mala educación. En fin.
ResponderEliminarAsí que creo que haces bien. Tu salud mental y Fibi, seguro que te están más que agradecidas.
Un besazo
No me queda otra que huir, de verdad, me da pánico que le hagan daño a mi perrita. Y ella está más serena al verme tranquila a mí.
EliminarUn beso enorme, Macarena
Hola Chari.
ResponderEliminarAquí también hay pandillas así, son de lo más irresponsables. A mí me encantan los animales, pero no soporto a los dueños irrespetuosos con los demás. Cuando mis hijos eran pequeños más de una vez se les subían a la sillita perros grandes que estaban sueltos y a mí me daba miedo, eran perros que yo no conocía y no sabía si querían jugar o eran peligrosos, y menos mal que mis hijos estaban acostumbrados a perros y no hacían aspavientos o daban patadas, que si no a lo mejor hasta les caía algún mordisco.
Fibi es un sol y no se merece pasar un mal trago por culpa de gente irrespetuosa. Menos mal que la chupipandi se ha disuelto.
Besos.
Pues sí, es una suerte que se haya disuelto. Hay mucho grosero libre por ahí, y si ya incomodan a niños es lo que quedaba, eso aún no lo he visto yo por aquí (pero es que por mi zona hay muchos más perros que bebés).
EliminarEsperemos que, al no estar ya juntos, al menos dejen de meterse conmigo, que ya carga la cosa.
Un beso enorme, Gemma
Hay perros más responsables que los amos.
ResponderEliminarMe alegro de tu vuelta por estos lares.Te echaba de menos.
Un abrazo.
¡¡Muchísimas gracias, Francisco!! Me alegra haber vuelto, con recibimientos así...
EliminarUn beso enorme