¿Recordáis un
post en el que os contaba que me gusta cantar? Bueno, pues ésta es casi la
entrada opuesta, os voy a hablar de algo que aborrezco y que trato de evitar de
todas las formas que conozco. Esa
actividad es coser.
No sé a qué se
debe esta fobia, ni sé como calificar lo que siento hacia esta tarea. Hay
muchas otras cosas para las que también (¡ojo al adverbio!) soy negada y no me
dan tanta tirria. Quizá se deba a que no supieron enseñarme, o puede que sea
porque no obtengo un resultado adecuado a mis expectativas o, simplemente,
porque me desquicia algo que me parece tan monótono. El caso es que detesto
coser y cuando lo hago, es porque no me queda más remedio.
Trato de
evitar el momento de coger la aguja a toda costa, y voy acumulando en un cajón
las prendas que necesitan algún arreglillo. En este momento tengo (desde hace
ya más de dos meses) un pantalón que necesita un dobladillo, una blusa a la que
le faltan dos botones y una rebeca a la que tengo que poner una de las
hombreras. Aunque sea solo poner un botón, me abruma y lo aparto de mí como si
pudiera contagiarme la peste. Sí, me abrumo por poco, qué le voy a hacer.
Luego está el
tema de los dedales. ¡¡Ay, los dedales!! Si soy torpe sin ellos no os podéis
imaginar cuando uso uno. Tengo la sensación de que se me pone rígida toda la
mano, como si la metiera en un guantelete de los de las armaduras medievales y
me da por pensar que mi pobre dedito está ahí aprisionado, a oscuras, sudando…
Vale, vale, de nuevo exagero un poco.
Igual que para
las cosas que me gustan, soy apasionada también en mis enconos. Pero de hoy no
pasa. Acometeré la tarea… así que voy a comprarme cinta para planchar, que
tengo que arreglar un dobladillo.
Buenos días Chari, ya somos dos, sólo que yo sútilmente le digo al dedito: "no, no te voy a poner armadura si solo voy a coser muy poco", así que mente y dedo tan contentos, jaja, un beso guapa!!!
ResponderEliminarYo al final tampoco lo uso, y mira que tengo dedales. Conservo el de mi bisabuela, el de mi abuela, el de mi tía, el de mi madre... y el que nunca ha sido usado, es decir, el mío. Me lo compré de porcelana porque sabía que sólo iba a servir de adorno, jejeje.
EliminarMil besos, Emerencia, feliz fin de semana
Jajajajaja me encanta la descripción que has hecho de tus sensaciones al ponerte el dedal, Chari. Y no creo que exageres, si es lo que sientes, no tiene vuelta de hoja :D
ResponderEliminarA mí también me cuesta muchísimo ponerme a coser, pero cuando al fin me siento, lo disfruto (si todo me queda bien). No sé hacer cosas complicadas, pero para lo más normalito me apaño.
Estoy pensando que es una pena que vivamos lejos; yo podría hacerte los arreglillos fáciles y tú me hacías alguna de tus delicatessen dulces de vez en cuando. Creo que eso le llaman trueque, no? :P
Besitos de viernes y muchas gracias por las risas!!
¡¡Me encantaría ese trueque!! Al menos en la cocina me defiendo, pero con la aguja... ¡¡doy miedo!! Lo único que tolero es el punto de cruz, eso sí, sin dedal ;)
EliminarUn besote, Julia
Ya somos dos!!..tanto es así que no sé ni donde está el costurero, bueno a cualquier cosa se llama costurero..unas cuantas agujas de distintos tamaños, un hilo blanco y otro negro que va con todo dentro de una caja de galletas metálicas..y ya!! jaja qué horror!! se te va cargando el cuello, los hombros, la espalda, te pones bizca!! ay por dios cuando has terminado, parece que has estado descargando camiones!! jajaja no me gusta nada, prefiero limpiar la casa..jajaja. Me ha encantado tu artículo porque me siento identificadísima con él!! jejeje. Un besito y feliz finde wapa!! ;)
ResponderEliminarJajajaja, cuánto nos parecemos. Yo fui reduciendo el tamaño del costurero. El que tenía mi tía era colosal; el de mi madre, grande. El mío es tan pequeño que me cabe en una caja, como a ti, jajaja.
EliminarY me pasa igual. Y como me pongo nerviosa, todavía me tenso más y acabo cargada de dolor de espalda. Yo también prefiero limpiar, jeje.
Me ha encantado tu comentario, Ro. Un beso enorme
Amiga mia sorprendentemente o no, junto con planchar son dos cosas de las que aborrezco, planchar y coser, me pregunto si será por eso que nos llevamos tan bien? un beso enorme. TERE.
ResponderEliminarEs una de las muchas cosas en que coincidimos, jeje, porque planchar yo también lo odio... a muerte. Pero es peor coser, eso es lo que menos me gusta hacer.
EliminarUn beso enorme, Tere
Lo mío tiene delito. Mi madre es profesora de corte y confección, vamos, que diseña, cose y crea que es un primor. Y yo..... se lo llevo todo a coser. Un botón lo coso, pero luego se lo llevo a que lo cosa bien, y me riñe, normal, en casa del herrero....
ResponderEliminarNo es para mí la costura tampoco.. Comparto tus pensamientos.
Besotes
Mi abuela y mi tía cosían de maravilla, pero yo he salido más a mi madre. Ella cosía mucho mejor que yo, pero tampoco le gustaba nada. Es verdad lo que dices, en casa del herrero cuchillo de palo.
EliminarMe alegro que haya más gente que pertenezca a mi club anticostura.
Mil besos, amiga
Jajajaja, me encantan tus odios.
ResponderEliminarA mí coser no me gusta ni disgusta, lo hago y punto. Lo curioso es lo de mi madre, que lo odia porque la obligaron a ir a corte y confección de pequeña, pero a pesar de su fobia se le da genial y de pequeñas nos hacía muchísima ropa chulísima, y a mis hijos también les hizo cosas, y nos sigue ayudando con los disfraces y cosas así. Y mi hija que nunca fue a aprender es artística del todo, tengo fotos en el blog de disfraces que se hizo en un día que son de alucinar.
Vamos, que somos muy raros,jejejeje.
Besos y muy buen fin de semana.
Lo de tu madre me llama muchísimo la atención, yo lo que me obligaron a hacer de pequeña (bailes regionales) lo detesto con toda el alma y se me da de pena. No me gusta bailar porque le cogí mucho asquito. Pero tu madre, a pesar de eso, cose y se le da bien... ¡¡¡Qué gustazo!!! Ya me gustaría ser como ella, o que al menos no me diera tanta tirria, como a ti. Ahí sigue todo por coser y no me decido a ponerme, qué cruz.
EliminarUn beso enorme, Gema
Pues yo adoro el baile regional, iba de pequeña y me encanta, en cambio mi hermana venía porque yo me empeñé y se le daba fatal a la pobre,jejeej, y lo odia a muerte, cuando oye una gaita o unas castañuelas se pone a temblar,jejeej. Besos.
EliminarYo hasta lloraba en clase, y no me dejaban tocar las castañuelas que era lo único que me gustaba... por eso le cogí tanto asquito, jeje.
EliminarBesos, Gema
Hola, no eres la unica yo también tengo problemas con la costura, no me gusta nada
ResponderEliminar¡¡¡Bien!!! Otra más para el club. Me reconforta ver que no estoy sola con mis odios, jeje
EliminarUn beso enorme.
Comparto al 100% tu fobia a la costura. Nunca me gustó, ni siquiera coser un botón. Para más INRI una hermana de mi madre era una excelente modista y se empeñó durante toda mi adolescencia en enseñarme corte y confección. La podre hubo de desistir ante mi nulo interés (y aptitud).
ResponderEliminarPor cierto a mí el dedal también me agobia mucho por empatía con el dedo (yo también creo que el pobre no lo debe de pasar bien ahí encerrado)
Me ha encantado tu entrada.
Que tengas un feliz fin de semana.
Un beso
Me encanta encontrar a tanta gente que detesta lo mismo que yo, qué bien, eso anima. A mi también intentaron enseñarme, mi tía, pero ella no tenía paciencia y yo no tenía aptitudes, así que las clases duraron poco.
EliminarLo del dedal me supera, prefiero pincharme que verlo con casco.
Me alegra que te haya gustado, Kirke, un beso enorme
Yo también odio coser. Lo hago para poner botones y, a veces, cuando me vuelvo loca del todo, algún bajo de pantalón. Y eso que mis dos abuelas eran sastras. Heredé el afán hedonista de mis abuelos, sus respectivos maridos.
ResponderEliminar¡¡¡Genial!!! Ya somos un montón para el club anti-costura, estoy por hacer chapitas y repartirlas :)
EliminarMis abuelas cosían de maravilla, pero se ve que se quedaron ellas con todo el arte, porque yo no he heredado ni pizca, jajaja.
Un beso enorme, Rosa
Buenas tardes Chari,
ResponderEliminarCon un poco más de tranquilidad, por fin vuelvo a visitarte, que ya parece que va siendo hora y además con el título de esta entrada mucho más, porque yo tampoco soporto la costura, de hecho coso fatal y no me atrevo ni siquiera con un dobladillo y mucho menos con hacer arreglos a mi ropa.
Te comprendo perfectamente cuando mencionas ese artilugio incómodo (dedal) y que como bien dices más se parece a un guantelete medieval que a un enser de costura.
Muchos besitos y que disfrutes de este fin de semana!!!
De verdad que me alegra comprobar a cuánta gente le pasa lo mismo que a mi. Yo tampoco me atrevo a hacer arreglos, qué va, soy negada. Y, como lo sé, encima me pongo nerviosa y todavía me sale peor... un caso, te lo aseguro.
EliminarMil besos, que tengas un finde genial
En cambio a mi me encanta coser, haceme lo mismo un pantalon que un abrigo...
ResponderEliminarCada cual tiene sus aficiones, tendras otras que te encantaran a todo el mundo no nos gustan las mismas cosas.
Un cálido abrazo Chari
¡Hola, Sneyder! Bienvenida a mi blog, y muchísimas gracias por tu comentario.
EliminarClaro que todo el mundo tiene aficiones y cosas que, o no le gustan o no se le dan bien. Lo mío con la costura es una combinación de torpeza y falta de ganas, jeje. Eres afortunada pudiendo hacerte tu propia ropa, yo ni una bolsita para poner hierbas aromáticas. En serio: negada del todo.
Un beso enorme
¡Ah! Chari! Usted ha encontrado la única cosa que yo no hago, porque no sé cómo hacerlo! Puedo no tanto como coser un botón en una blusa! Estoy más que sesenta años sin saber cómo coser! Aprendí hace mucho tiempo para encontrar un buen sastre y hacer amigas! Lo mismo es cierto para tener mis uñas hecho. Estoy tan profundamente zurdos que hago un lío de ellos, así que voy a un salón donde un amiga detiene problema de mí por un precio que pueda pagar.
ResponderEliminarQue su trabajo de costura vaya bien y un fin de semana agradable para usted.
Me pasa lo mismo, Paula, si tengo que coser un botón sí lo hago, pero si es algo más serio tengo que buscar a alguien que lo haga por mí, qué remedio. El trabajo que tengo pendiente, por ahora va a seguir así... pendiente, jeje. Este fin de semana es para descansar.
EliminarMil besos, Paula
No habrá por ahí alguna vecina a la que le guste mucho hacerlo??? Digo, podría funcionar =) También me gusta cantar y también ya escribí sobre ello. Si pudieras mandarme esa entrada, me gustaría leerla.
ResponderEliminarAbrazos Chary.
Hola, Gildardo. Te dejo el enlace de la entrada
Eliminarhttp://lavozdelasolas.blogspot.com.es/2015/10/me-gusta-cantar.html
Espero que leas mi post, verás lo que cuento, que no tengo voz pero que me paso el día canturreando. En cuanto a coser, no conozco a nadie que lo haga gratis, pero si tengo algo importante siempre puedo pagar un poquito y que me lo arreglen. No me queda otra.
Mil besos, amigo
Que utilizo para coser una gran cantidad de vuelta hace unos años, todo a mano, Nunca me gusta usar una máquina, yo estaba como usted, cuando se trataba una máquina de coser, que tenía una fobia. Yo prefiero coser a mano. Me gustó cuando me metí en ella. Pero perdí el interés, cuando empecé a recibir por escrito la historias. Empecé hace 23 años escribiendo historias. Todos en lápiz y papel para escribir, a continuación, copiar por la pluma. Yo uso a amar tejer también, pero no lo he hecho en años tampoco. Les deseo un feliz Viernes mi querida amiga Chari
ResponderEliminarUff, yo la máquina ni sé cómo funciona, nunca he llegado a aprender y eso que en casa había dos, una de mi tía y otra de mi madre. Si ya a mano me agobio, imagina manejando un trasto de esos.
EliminarEscribir llena mucho, no me extraña que hayas dejado la costura, la escritura es muy absorbente.
Un beso grande, Cindy, feliz fin de semana
"Trato de evitar el momento de coger la aguja a toda costa, y voy acumulando en un cajón las prendas que necesitan algún arreglillo..." Me pasa igual!! Jajajaja
ResponderEliminarEs precisamente la tarea que dejo tan para luego, que parece que ese luego no llega jamás.. Porqué será??
Abrazo Chari!!
Y ahí sigue todo, no sé cuándo tendré ánimo para ponerme con ello, pero por ahora prefiero que todo se quede donde está. Yo también lo dejo tan "para luego" que ese luego no llega nunca, jejeje.
EliminarUn beso enorme, Diana
Hola Chari! Pues por fín encuentro algo en lo que no coincidimos. Coser no es algo que me guste, pero tampoco me desgrada. Hay tareas domésticas que son para mi más tediosas que coser, como por ejemplo planchar o pasar la aspiradora; pero cuando hay que coser... se cose y, además, me relaja. Me relaja cualquier cosa que me haga poner en ello los cinco sentidos y evadirme del entorno como leer, coser o estudiar, por ejemplo. Además, cosiendo las cosas de casa me ahorro un dinerillo. Yayo es un manitas y, cuando él ha hecho su trabajo, paso yo con mis telas y mis costuras. Y así he hecho todas las cortinas de casa, he tapizado el sofá, incluso he hecho un toldo. La contrapartida es el tiempo que me roba. En fin, este fin de semana tengo pendiente cambiar los cojines del banco de la cocina. Un beso.
ResponderEliminarJo, Macarena, qué envidia cochina. Yo pagué el año pasado una pequeña fortuna por una funda del sofá, entre la tela y el trabajo. Pero no me queda otra porque intentarlo yo es tirar dinero y esfuerzo, soy negada. Por eso lo detesto. Me pongo rígida, me entran sudores y me pongo de un humor insufrible. Y me pincho, porque lo del dedal me supera... un trauma, vaya.
Eliminar¡Qué suerte que Yayo sea un manitas! Entre los dos formáis un equipo estupendo.
Un beso, Macarena, para ti, Yayo y la peque
hola Chari en primer lugar felicidades por el premio con la foto. Tu y tus fobias, no a tod@s nos gusta hacer de todo a unos se nos da mejor una cosa que otra, Será que tengo una edad y eran otros tiempos que de niña ya me enseñaron a coser. Mi madre cosía como los ángeles tenia una puntada maravillosa, en su tiempo hacia camisas de novios y calzoncillos, pero no sabia cortar le daba miedo meter la tijera. Se valía de una igual para confeccionar y cortar. Así que ella pensó que tenia que saber cortar y me envió a aprender corte y confección. Algo aprendí a cortar y ella nos cosía los vestidos a mi y a mi hermana. Pero el la vida todo llega por etapas y mi primer trabajo después de salir de la escuela a los 14 años, entré en una sastrería a trabajar no como costurera o sastra, pero si a hacer recados y atender a los clientes en la tienda. Me bajaban del piso superior para entretenerme cosas como picar cuellos, forrar americanas, hacer bajos de pantalones, o sea que siempre se aprende algo más. ça los 16 trabaje en una empresa que allí se cosía pero no telas sino papeles ( Era una fábrica de grapadoras, esa que tenia el champi en cabeza donde se aprieta y cose ( hoy ya desaparecida fabricó artículos de lujo por ser algunos con baño de oro). Fijaros en pelis de oficinas ya veréis algún aparato sobre las mesas del despacho. Cuando salia del trabajo y llegaba a casa también cosía incluso fui a aprender a bordar a maquina, en casa me bordaba a mano el ajuar para el día de mañana casarme. No está mal saber coser por que se hacen muchos cositas a tus hijos cuando son pequeños. Yo pienso que nunca hay que coger fobias a coser por que es muy útil. Ya entiendo hoy se compra todo confeccionado y no merece la pena coser. Lo mas fácil es tirar y comprar otra cosa. Todo tiene su utilidad, ya os mostraré alguna vez las maravillas que hacía. Hoy en dia coso menos por que ya hasta mis hijos saben coser botones y ellos solo me traen de vez en cuando algunos pantalones para cogerles los bajos . Hay que no ser perezosas y coger la aguja aunque sea solo para celebrar el dáa de las modistillas. Un abrazo
ResponderEliminarLo mío con la costura también viene de lejos, no hubo manera de enseñarme, soy realmente negada y por eso le tengo tanta manía. Y sin embargo, admiro muchísimo a los que saben coser. Te aseguro que no es cuestión de pereza, si no de torpeza. Cuando cojo la aguja, acabo pinchándome seguro.
EliminarMe encantará que nos muestres tus trabajos, ten por seguro que los admiraré (y envidiaré también).
Un beso enorme
Hola, Chari! Pues a mí me gusta coser. No coser un dobladillo, un botón ni nada de eso. No coser por "obligación", pero hago muñecos, broches, cuadritos, juegos, etc. cosiendo, y me encanta!. :)
ResponderEliminar¡¡Qué suerte!! Yo he hecho poquísimas cosas así porque no tengo habilidad suficiente, pero como le digo a Mamen, admiro (y envidio) a los que os sabéis manejar tan bien. No hay otra: las agujas y yo no nos llevamos bien.
EliminarUn beso enorme, Eva
¡Hola, Chari! No sabes lo que he podido reírme con la entrada... Cuando era más pequeña, mucho más (creo que aún no era adolescente), mi abuela me enseñó ganchillo y a tejer. Ahora no sé si podría ponerme o si me saldría algo chulo como antes, pero tengo la certeza de que si me pongo podría salirme. Eso sí, ya cuando se trata de cocinar... le tengo un poco de pavor porque no sé si conseguiré habituarme a ello cuando empiece. Supongo que cada cual tenemos nuestras cosas jejejeje.
ResponderEliminarSaludos <3
¡¡Me alegra que te haya divertido la entrada, ese era el propósito!!
EliminarSi se te da bien, no lo dejes, es una actividad bonita y creativa. Yo soy caso perdido. Y en cuanto a la cocina, prueba a ver, estoy convencida de que a alguien tan creativo como tú se le dará bien.
Mil besos, Ross, feliz fin de semana
jajaja Chari, totalmente identificada contigo. Nunca me atrajo esto de coser y cuando lo hago es porque se me cayó un botón o descosió un dobladillo. Vamos, por supervivencia. Pero lo paso mal incluso para enhebrar una aguja, no veo ni torta, gggrr
ResponderEliminarBesos y feliz domingo
Jajaja, yo tampoco veo ni torta, y se me olvida ponerme las gafas. Otro motivo más para detestar la costura, jeje.
EliminarBesos, Erika