Hoy tengo un mini microrrelato de los que tanto me gusta escribir. Espero que a vosotros os guste leerlo.
En esta ocasión no hay nada de real en él, excepto el nombre y la profesión del protagonista, que coinciden con los del electricista que viene a casa de tanto en tanto. Lo demás, pura ficción.
Cosas que pasan...
Aunque Javier
era electricista también hacía pequeñas chapuzas para quienes le contrataban,
pero no tenía ni idea sobre fontanería, eran los únicos encargos que rechazaba
cortésmente aunque necesitara el dinero, era una persona muy honesta.
María, que
sabía bien qué tipo de trabajos era capaz de realizar su electricista y cuáles
no, se dio cuenta de que se había enamorado de él cuando le llamó para pedirle
que le arreglara una fuga en el grifo de la bañera. Javier supo que se había
enamorado de ella cuando aceptó el trabajo sin pensarlo siquiera.
Mañana la
pareja celebra su cincuenta aniversario de boda.
Imágenes de la red. Las
retiraré del blog si el autor lo solicita.
Micros olfativos
No hay quien la entienda
Enemigos naturales
Según quien lo cuenta
Hola Chari,
ResponderEliminarAsí es cómo se enamora la gente. El día menos pensado se cruza en tu vida alguien que ya permanece en ella para siempre.
Besitos
Son cosas que pasas, y si tienes suerte, duran.
EliminarUn besote, Macarena
Buenísimo, Chari. El amor siempre con total falta de lógica, pero capaz de durar cincuenta años.
ResponderEliminarUn beso.
Lo de la falta de lógica es totalmente cierto. Si dura, mejor que mejor.
EliminarMil besos, Rosa
Puedes convertirte en un profesional de cualquier cosa por el amor. Gracias por compartir querido amigo Chari, que tengas un día maravilloso.
ResponderEliminarEs verdad, el amor hace auténticos milagros cuando es de verdad.
EliminarUn beso enorme, Cincy
Cuando el amor interviene, ya no somos más que juguetes en sus manos :))
ResponderEliminar¡Qué historia tan tierna, Chari! Se me ha quedado una sonrisa boba en la cara después de leerte, y es que me considero una romántica empedernida. ¡Gracias por compartir con nosotros tu micro!
Besitos festivos.
Yo también me he considerado siempre así, aunque a base de tropezones, no sé yo pero creo que he cambiado.
EliminarMe alegra que te haya gustado, Julia, y mil gracias por tu comentario
El amor a veces llega a casa en forma de electricista y es capaz de hacer de fontanero si se enamora de la chica. Y encima dura cincuenta años. ¡Qué maravilla! Un abrazo.
ResponderEliminarUy, ojalá hubiera encontrado yo un electricista así. El que tengo se llama Javier y es muy agradable, pero no pasa de ahí, jaja.
EliminarUn beso, MariCarmen y gracias por tu comentario
Si es que por amor se es capaz de hacer cualquier cosa Chari y claro aunque no tengas mucha idea de fontanería con tal de verla, que mas da lo que sepas o no, con tal de ver a tu amada y es que merece la pena arriesgar porque como tú protagonista su amor dura ya 50 años, de modo que a veces merece la pena el riesgo y el intento, aunque claro no siempre sale bien por supuesto que una tiene los pies en la tierra y es realista.
ResponderEliminarbesos mil
Ya te digo. Yo ahora porque no, pero cuando he estado enamorada me veía capaz de todo, fontanería incluida, jajaja
EliminarSí que merece la pena arriesgarse, eso siempre.
Mil besos, Tere
Ay qué bonito Chari, es que el amor llega cuando y donde menos te lo esperas.
ResponderEliminarBesos.
Si, aunque yo de mi electricista sólo obtengo facturas, jeje.
EliminarUn besote, Gemma
Esas historias son, a mi parecer, las más bonitas. Y si duran, no veas...
ResponderEliminarUn beso enorme, Julio David