Hace unas
semanas os hablé de uno de los curiosos efectos secundarios del café, que me afecta sobre todo cuando llevo una temporada sin probarlo. Hoy os
quería contar otro más. Si el primero
era la súper energía, el segundo es una verborrea incontrolable. Quedaos a leer
si os apetece reíros un poco.
Ayer estaba
muy cansada así que me preparé un cafetito bien cargado. Si bien no me afectó
dándome ese subidón que me permite hacer un sobreesfuerzo físico sin pestañear,
me produjo otro de esos curiosos efectos secundarios que a mí por lo menos me hace mucha
gracia.
Me da por
hablar y si estoy sola no hay problema: no hablo, así que no lo noto. Si está
alguna amiga o alguien de mi familia, ya están acostumbrados. Lo malo surge
cuando salgo a la calle cargadita de cafeina y me encuentro con un vecino. ¡Horror
de horrores!
Eso fue lo que
sucedió ayer, después de beberlo me lancé a la calle toda eufórica, con la mala
suerte de que me topé con una vecina, una de las ex integrantes de la “psico-panda”.
Mala suerte para ella, claro, porque yo volví a casa muerta de risa y con tema
para el post.
Normalmente
hablo poco con esta gente, un cortés “buenos días” y ya, pero ayer me lancé
sobre ella como perro de presa y no solté bocado ni siquiera cuando vi que se
estaba cansando de mi charla y trataba de huir.
Fue buenísimo.
Empezamos hablando de los perros (como siempre) para pasar a opinar sobre ecología,
luego comida, después salud, educación y, al final, política. No logro ver la ilación
entre los temas ni pretendo saber cuales eran mis procesos mentales en ese
momento, lo único que sé es que no podía parar de hablar.
Hubo un
momento en que la pobre mujer me dio autentica lástima, miraba hacia todos
lados como buscando algo que le permitiera escapar. Mientras observaba sus
vanos esfuerzos me veía a mí misma, como desde fuera de mi cuerpo, cotorreando
sin tregua y sonriendo. Bueno, más que una sonrisa era una mueca sardónica que estaba
entre la sonrisa del Joker y la del gato de Cheshire puesto de anfetaminas. ¡No sé
cómo no me dolían las mandíbulas!
Al final,
cuando ya casi llegábamos a casa, mi vecina vio de lejos a un “supuesto conocido”
y me dejó diciendo que “tenía que irse a saludar”. Y la dejé ir, pobrecilla,
aunque no pude aguantarme la risa al ver cómo se alejaba a toda prisa.
¡¡Para que
luego digan que no les doy tema de conversación!!
Imagenes de la red. Las eliminaré del blog si el autor lo solicita
Dicen que algunos terroristas consumen una droga para darles valor y lanzarse a la masacre creyéndose invencibles. Menos mal que tú no tienes ideas asesinas, pero se me ocurre que si quisieras pasarte al lado oscuro solo tendrías que ingerir un par de litros de café bien cargado y serías una auténtica máquina de matar con la verborrea.
ResponderEliminar¡Qué bueno! Nunca había oído hablar de ese efecto secundario de la cafeína, lo tendré en cuenta para cuando me encuentre con alguna vecina especialmente habladora y ofrecerle una tila a ver si se calma, ja, ja, ja.
Un besote, guapa. Buen miércoles.
Jajaja, sí, verborrea letal, no está mal pensado.
EliminarNo se si sólo me da a mi, pero es la mar de curioso, y de verdad de verdad que no podía parar. Ahora, me reí (y me sigo riendo) un montón
Mil besos, Paloma
Jajajajajaja
ResponderEliminarYa te dije, Chari, que yo no tomo café, así que no puedo entender del todo las sensaciones que éste puede producir. Pero lo importante es si tú te sentiste bien ¿Si? Pues entonces, bendito café.
Un besito
Yo me sentí bien, pero mi pobre vecina... en serio, qué tabarra le di a la pobre, jajaja
EliminarUn beso enorme, Macarena
Conozco a muchas personas a las que no les sienta bien el café, yo entre ellas, y cada una tiene sus motivos particulares para huir de él, pero jamás de los jamases había oído que produjera verborrea y capacidad para verse desde fuera del cuerpo jajajaja. Qué bueno, Chari, me imagino la escena y tus sensaciones y me parto; aunque también te digo que hay gente que habla y habla sin haber probado el café. Esos casos son mucho más graves,creo yo :P
ResponderEliminarComo siempre una entrada divertida que nos deja con la sonrisa en los labios. ¡Muchas gracias, guapa!
Besitos y feliz día.
Lo mio con el café es para escribir un libro. De verdad que me veía como desde fuera de mi cuerpo con ese rictus en la boca y sin poder parar... fue terrible, terriblemente divertido para mi, para mi vecina lo dudo de corazón. Pobre.
EliminarSi que hay gente que no es capaz de controlarse cuando habla, y sin café. Yo conozco a una señora que estuvo hablando SIN PARAR durante 10 kilómetros, los que tardamos ella, su hija y yo en hacer un recorrido de senderismo. No se lo que sería en horas, pero se me hizo eterno.
Tendría que haberme tomado un café antes de salir, jajajaja
Me alegra haberte hecho sonreír, gracias a ti por ser tan maja y por tus comentarios tan agradables
Qué divertido, Chari. Pero se lo tiene merecido por pertenecer a la psico-panda. Eso de verse desde fuera de una misma, hablando y mareando a esa señora, tuvo que ser de lo más estimulante.
ResponderEliminarUn beso y cuidado con la cafeína.
Fue muy, muy estimulante. Te juro que llegué a casa muerta de risa. Y sí que se lo tiene merecido, jajaja. Además, era una de las que hablaba mal de mi... si lo quiere hacer ahora, al menos tendrá motivo.
EliminarMil besos, Rosa, me alegra que te haya divertido y gracias por comentar siempre.
Jejejeje Obtuve ese tipo de reacción cuando uso temas que eran demasiado profundos para ellos. Ahora guardo esos temas para mi blog y Comunidad. Muchas gracias por compartir tu aventura para el día querida amiga Chari. Ten un día maravilloso 😊
ResponderEliminarMe ha encantado compartir mi aventura con vosotros, la verdad es que me reí mucho y me alegra haberos hecho sonreír.
EliminarMil besos, querida amiga
I have been drinking coffee in copious amounts for many years. I once belonged to a coffee club but they gave back my membership because I drank so much!
ResponderEliminarThere is little that makes me verbose. Coffee does not do it. Now beer or whiskey, that is another story! Have a pleasant Thursday. Hugs!
jajaja, sí, pensé en eso al escribir el post. A mi la cerveza o el vino, también me hace hablar... hasta en francés, jajajá. No es broma, hace mucho que no bebo en cantidad suficiente para obtener este efecto, pero de más joven, en alguna fiestecilla... en fin, hablar por los codos, que le dicen, jajaja
EliminarMil besos, Paula, como siempre me encantan tus comentarios
jajaj es que te imagino dándole a la sin hueso todo el rato jejee, pobre mujer, supongo que la cara la delataría pensando dios que termine esta pesadilla hablante jaja, que bueno.
ResponderEliminarYo como tomo como bien sabes un café cortado jeje, no tengo ese efecto, sabes que solo me sienta mal.
Mil besos
Y te lo tomas descafeinado, que no hace nada. Yo me lo hice cargadito, ya sabes lo exagerada que soy. Ahora, lo volvería a hacer porque me reí muchísimo, jajaja
EliminarMil besos, Tere
Jajaja, pues oye, se lo merecía por pertenecer a la psicopandi.Besos.
ResponderEliminar¡¡Por supuesto!! Lo que yo digo, ya que van a hablar mal de mi, al menos que sea con motivo. Y ayer se lo di a mi vecina, jajajaja
EliminarUn beso enorme, Gemma