Ahora se le
llama “procrastinar”, es el nombre que le han dado los psicólogos modernos,
pero de toda la vida yo lo he llamado “escurrir el bulto”. ¿No sabéis a qué me
refiero? Pues al Arte (con
mayúsculas y negrita) de encontrar excusas para no hacer algo que no te apetece
realizar. Y yo soy una maestra en esta disciplina, no podéis imaginar lo
imaginativa que puedo volverme con tal de evitar algo que me resulta, como
poco, enojoso.
Dejad que os
ponga un ejemplo: llevaba una semana sin mirar mi buzón, he ido tan liada con los preparativos navideños que
ni me acordaba de su existencia. Cuando lo revisé ayer me encontré, además de
con dos cartas muy esperadas, con un montón de recibos del banco. Detesto
revisar estos resguardos y tener que comparar facturas y tickets de compras, es
una labor que me resulta tediosa e incómoda, no sé por qué, pero cada vez que
tengo que realizarla se me ponen los pelos como escarpias. Y es en ese instante
cuando empiezo a fabular y encuentro las excusas más peregrinas para evitar
tener que sentarme con las facturas y sus correspondientes archivadores.
Algunos de estos pretextos son tan absurdos que hasta me dan risa, pero
funcionan, porque entre unas cosas y otras se me pasa el día y continuo con la
pila de sobres sin abrir.
Sé muy bien
que esta actitud no es la más adecuada, e intento limitarla todo lo posible.
Los documentos no se van a ordenar por sí solos y verlos ahí en un rincón me
produce más ansiedad a la larga que ponerme de una santa vez y cumplir con mi obligación. Sin
embargo hay días, como hoy, en que mi lado irracional se impone y sólo ve lo
positivo de aplazar una faena engorrosa. Aunque tenga que enfrentarme al mismo
problema mañana, o pasado y para entonces el montón de recibos haya aumentado
exponencialmente ¿queréis saber qué beneficios he encontrado en escucharme y
dejar de lado lo que no quiero hacer? Pues que, al menos, me ha dado un buen tema para
escribir mi entrada de hoy. ¡Mañana será otro día!
Yo paso ampliamente de cotejar recibos y facturas. cada vez que lo he hecho, he encontrado algún error... que no era más que un error de mi memoria que olvida compras que he hecho. Así es que dejé de hacerlo.
ResponderEliminarPero como bien dices, un buen pretexto para una entrada divertida y refrescante de dominngo.
Un beso.
Pues eso, Rosa, mira... ya es por la tarde y los sobres siguen en el montón, jejeje. Un beso enorme
EliminarJijiji, no creo que a nadie le guste ordenar recibos. Yo también es un trabajo que me resulta tedioso. Ahí llevan meses amontonados en la mesa. Y es que como tú, siempre tengo una excusa para no abrirlos.
ResponderEliminarUn besillo.
¡Qué bien que no soy la única! De verdad que me parece una de las tareas más desagradables que existen... bueno, casi, jeje. Un beso, María
EliminarJajajaja, yo lo odio a muerte, y este año que me toca a lo bestia con el tema de la presidencia de la comunidad estoy al borde de la locura.
ResponderEliminarMuy feliz domingo.
Jo, Gema, eso ya es rizar el rizo. Yo espero que el presidente de mi comunidad aguante un poco más (ya lleva 3 años) aunque en la última junta amenazó con dejarlo... nooooo!!!
Eliminar¡Deséame suerte! Un besote
yo afortunadamente y de momento porque alguna vez espero tener que ponerme a llevar esa tediosa obligación que son las facturas y recibos varios, en fin, ya me llegara e imagino que como tú buscaré una y mil veces una excusa donde dejarlo y dejarlo,aún a sabiendas de que solos no se van revisar.
ResponderEliminarA sido una muy original entrada sin duda. un beso enorme. tere
Si que es tediosa, y me pone muy nerviosa ver cosas que tienen relación con el dinero, desde siempre... en fin, qué remedio me queda. Me propondré hacerlo como propósito de año nuevo, jeje, mira por donde he conseguido una buena prórroga. Mil besos
EliminarJejeje, thank you for sharing an entry to which most of us can relate in varying degrees. My thing for procrastination is to send things through the paper shredder. I shred everything having a credit card number and my name on the same piece of paper. I also destroy old credit cards, personal correspondence, paid cheques, and anything else that might look better in little cross-cut pieces instead of whole. Each month I put it off until the pile of papers has the profile of the Leaning Tower of Pisa. I resolve to get it shredded before the New Year, or its fall, depending upon which one comes first!
ResponderEliminar¡¡¡yo hago lo mismo, Paula!!! Pero como no tengo trituradora de papel uso tijeras, o con los dedos si es necesario. Lo corto todo casi en plan confeti. Espero que consigas resolver el problema de tu pila de papeles antes que tu particular torre de Pisa de desmorone. Un millón de besos
EliminarTe entiendo perfectamente, Chari, da una pereza tremenda ordenar las facturas que se van acumulando sobre la mesa. Hace tiempo que me pasé a la factura electrónica con todos los proveedores (agua, luz, móvil, etc) y así al menos no tengo una montaña de papeles jejeje
ResponderEliminarFeliz domingo
Sí, es una buena idea... pero entonces me daría pereza encender el ordenador, jajaja. No si por excusas no será... Un beso enorme, Erika
EliminarNunca me gustó hacer el trabajo de papel, incluso cuando trabajaba como asistente social que siempre alegremente jugada por el trabajo de oficina a un colega que hacer el trabajo de campo. Yo hice lo mismo como usted en en casa. Yo demorado demasiado tiempo, en algún momento, y perdería algunos de mis papeles, y que tendría que o bien recoger un nuevo conjunto de documentos o solicitar otro conjunto. Papeleo nunca fue santo de mi devoción, para que cuando Paula se ofreció a hacer el papeleo con mucho gusto accedí. Días contento a mi querido amiga Chari {:o)
ResponderEliminarEres muy afortunada de contar con una amiga como Paula, que te ayuda en las cosas que no te gustan o te resultan complicadas. El volumen de mis facturas no es para asustarse, pero es que los temas relacionados con el dinero me incomodan, así que lo demoro todo lo que puedo. Un gran beso, Cindy
EliminarEs un rollo eso de las facturas. Yo siempre me olvido de qué compré y qué día, con lo que es una tontería ni mirarlas. jejeje Me alegra saber que no soy la única que las acumula sin abrir. Besitos Chari Felices fiestas
ResponderEliminarSí, si yo de lo que compré y el día me olvido, pero el puñetero banco no, una pena. Y ya ves que no somos únicas, jejeje. Un beso enorme, Mercedes, feliz navidad
EliminarCierto que esa palabreja se ha puesto muy de moda últimamente, y aunque la he leído en varias ocasiones, hasta hoy no me ha quedado claro su significado, je, je.
ResponderEliminarYo que tú no sentiría el mayor remordimiento. Primero porque has escrito a costa del tema una entrada muy didáctica para todos nosotros y segundo porque no creo que haya mayor placer que darse el lujo de no hacer una lo que debe hacer. Es como una travesura de niña, solo qua ya somos adultas y no nos va a regañar nadie más que nosotras mismas. Seguro que lo estoy haciendo fatal, pero yo te aplaudo, Chari!! jajajajaja.
Espero, eso sí, que hayas disfrutado mucho el tiempo que no dedicado a tan fastidiosa faena :))
Un beso grande y feliz tarde de domingo!!
No, si no tengo remordimiento... ni vergüenza, jeje, porque me lo he pasado pipa a cuenta de mi travesura, como tú dices, y ahí sigue la pila de recibos, esperándome. Pues que espere "sentada", jajaja
EliminarUn beso enorme, Julia
Uf! Es verdad, qué tarea más tediosa. Pero como esa otras: ordenar las declaraciones de los últimos años, renovar los pasaportes y DNIs, pedir cita para el médico... Es una pena tener que perder nuestro precioso tiempo entre todos estos trámites y papeles. En fin, a veces toca aguantarse.
ResponderEliminarSí, no queda otra que aguantarse... o ponerse creativo con las excusas. De todos modos, si puedo permitirme aplazar la tarea... será que no es tan importante, ¿no? jajaja
EliminarMil besos, Macarena
"procrastinar” Nunca oí esa palabra, gracias por dármela a conocer. Es verdad, que siempre encontramos motivos para no hacer aquello que no nos gusta, le damos largas... hasta que ya no podemos menos jajajaj. Si al final tengo que hacerlo, me digo, cuanto antes mejor.
ResponderEliminarBueno, el reconocerlo te sirvió, como bien dices para la entrada de hoy. ya fue positivo.
Un fuerte abrazo Chari.
Pues es una palabreja que se han inventado, con mucho acierto creo yo, los psicólogos, no tengo ni idea pero no creo que la recoja el Diccionario de la Real academia, pero me gusta usarla. Y sí que me ha servido, por lo menos hoy. ¡¡¡veremos qué pasa mañana!!!
EliminarUn beso enorme, Mila
jajaja... El arte sublime de posponer... ¿A quién no le pasa? Todos tenemos nuestro talón de Aquiles al respecto, cosas que odiamos hacer y así las vamos dejando para luego, soñando tal vez, que al hacerlo desaparezcan...
ResponderEliminarLinda entrada, me identifiqué :)
Abrazo!!
Es cierto que es un arte, no veas la de vueltas que le doy yo para encontrar excusas creativas... ¡¡y las encuentro!! Me alegra ver que os habéis identificado conmigo, así me siento menos culpable, jeje. Un beso, compañera
EliminarEsta palabra difícil yo la aprendí hace unos años ya de boca de una alumna, y en su momento también dio para una reflexión en mi jarrito. Muy buena, Chari!!!
ResponderEliminarUn beso sin procrastinar!
Fer
Jejeje, todos tenemos este tipo de experiencias, cosas que dejamos para "luego". Me alegra que a ti también te diera para una entrada.
EliminarUn beso enorme,Fer
Incómoda y aburridísima tarea la de organizar todo ese papeleo... Soy algo antigua respecto a que no me agradan las facturas electrónicas, quizás sea demasiado desconfiada con este férreo control virtual que tanto empeño ponen los bancos en convencernos, pero es que de los bancos precisamente ya no me fío nada después de ver como nos han robado vilmente a los ahorradores con mil y una tretas... En fin amiga Chari, que te comprendo perfectamente y te felicito por tu ingenio en hacer de esta menudencia una nueva publicación en tu blog.
ResponderEliminarMuchos besos. ¡Feliz Navidad y un 2016 donde se cumplan tus sueños!
Yo también prefiero las facturas convencionales. Además me imagino haciendo lo mismo por el ordenador y me da algo. Prefiero dejarlo para actividades agradables como escribir mi blog y leer vuestros comentarios. ;)
EliminarUn gran beso y que tengas una gran Navidad y un fabuloso 2016
¿Has visto qué contradicciones? Pero he preferido procrastinar y hablar de procrastinación que ponerme a la auténtica tarea. Todo un arte, en serio. Podrías proponer tu definición como nueva acepción del palabro, a mi casi me gusta más que la original ;)
ResponderEliminarMil besos
Ya veo que esa tarea no es santo de devoción jaja.
ResponderEliminarBueno Chari,, aquí vengo a desearte una muy Feliz Navidad!!.
Y marcho encantada al ver tu precioso blog:)
Besos!
No, no creo que sea santo de devoción para nadie, seguro.
EliminarMucha gracias por tus buenos deseos, yo también espero que estas fiestas sean maravillosas para ti.
Un beso enorme
Me encanta Chari hay días que apetece Procrastinar... que se le va a hacer... besitos mil.
ResponderEliminarPues sí, y hay cosas que no va por día, que apetece dejarlas de lado siempre. NO creo que a nadie le guste el tema de las facturas. Aún las tengo ahí en una pila, jeje.
EliminarUn beso enorme
Procrastinar? En mi barrio se dice "escaquearse"; de toda la vida.
ResponderEliminarRevisar facturas es junto con planchar la tarea que más detesto, me procas.., me pocras..., me escaqueo de esas faenas cuanto puedo.
Uff, yo planchar tampoco lo soporto. Ni limpiar cristales o espejos, y es que como soy perfeccionista (además de procrastinadora o escaqueadora) me tiro horas hasta que los dejo impolutos, jejeje.
EliminarUn gran beso, Kirke
Jajajaja. Pues mira, yo también procastrino. ¿Se dice así? Juer, con estas palabrejas nuevas...
ResponderEliminarCreo que todos en mayor o menos medida procrastinamos cuando nos enfrentamos a algo que nos desagrada. Me alegra ver que muchos de vosotros también lo hacéis. Mil besos, Sue
EliminarSupongo que quien procrastina se llamara procrastinador (no sé, no sé, pues este término me sale subrayado en rojo al escribirlo).
ResponderEliminarSea como fuere, querida procrastinadora, esto está bien de vez en cuando pero no hagas un uso excesivo de ello pues puedes acabar con una ansiedad crónica viendo cómo se te acumulan ciertos quehaceres y la montaña de temas pendientes va creciendo exponencialmente.
Un abrazo y nos procrastines mucho estas navidades.
El cielo está procrastinado, quién lo procrastinará, el proscrastinador que lo...
Jajaja, menudo trabalenguas. Sí, es verdad lo que dices, si procrastinas en exceso se acaba convirtiendo en ansiedad... pero ayer no me apetecía nada ponerme con el tema de las facturas, qué va, ni hoy... ¡¡pero de mañana no pasa!! (creo)
EliminarUn beso, Josep
Procrastination aplica más como término en inglés, desafortunadamente es costumbre entre hispanos el estar adaptando a fuerza tal y cual palabra. Postergación o tendencia a, lo definiría mejor. O postergación patológica, inclusive. No es fácil librarse de tal vicio de conducta, pero como todos, puede abordarse si se toma psicoterapia. Claro, la mayoría tiene excusas y sigue existiendo ese pensamiento erróneo de "Si voy a terapia es que soy un loco/débil/estúpido", cuando en realidad nada que ver. Y el fin lo justifica, a fin de cuentas: librarse de la conducta autosaboteadora que es la postergación extrema vaya que rinde frutos a uno.
ResponderEliminarSí, también he oído el término postergación, pero me encanta el palabro que he usado yo. Esta entrada es en plan broma, pero entiendo que llevado al extremo la tendencia a postergar genera una ansiedad terrible. Cuando postergas algo, obtienes beneficios a corto plazo (reducción de ansiedad instantánea: "ya lo haré luego, ahora voy a disfrutar") pero acaba convirtiéndose a largo plazo en ansiedad, culpabilidad y frustración: "No he hecho esto, no soy válido para esto, tendría que". Como diría Albert Ellis: ¡Mueve el culo! Es el mejor de los remedios.
EliminarUn beso, gracias por visitar mi blog y por tu comentario
Pues he de decirte mi querida Chary que en esos asuntos soy un maestrazo, un verdadero artista. Acá, antes de que este término se pusiera de moda le llamábamos desidia. Mis padres siempre han sabido que soy un desidioso. Es parte de mí, una de las más molestas partes que componen a tu amigo Gildardo.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu entrada.
Abrazote fuerte, muy navideño.
Hola, Gildardo, aquí también se dice así y es también la forma en que lo decían mis padres, jejeje. ¿Ves? Ya nos parecemos en algo más ;)
EliminarUn beso de navidad para ti
Menuda palabrota Chari, jejeje Me la apunto. La había oído pero no tenía muy claro el significado. ;)
ResponderEliminarBesitos, guapa.
Es un palabro curioso, no sé si está aceptado por la RAE pero cada día se oye más. Me alegra haberte aclarado el significado. ;)
EliminarUn beso enorme, Soledad
Creio que preciso voltar a ler esta matéria com mais atenção. Pelo visto, me vi retratado nela, principalmente nos últimos anos.
ResponderEliminarTodos tendemos a "retrasar" aquello que nos fastidia hacer, es muy humano. Muchas gracias por leerme y por tu comentario. Un beso, J.E.
Eliminarjijijiji Chari, te robo la palabra y oficialmente la voy a empezar a emplear espero que más tarde no tenga mucha acumulación de tareas... ;)
ResponderEliminarBesitos!!!
No procrastines a la hora de procrastinar, eh, no te vayas a convertir en una procrastinadora procrastinante, jajajaj. Un beso enorme
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